Por Nathan Gain
La propuesta de Francia de ofrecer el avión de combate Rafale a Bélgica parece cada vez más condenada por los nuevos comentarios del ministro de Defensa de este último, Steven Vandeput.
Como Francia no contestó correctamente al RfGP, los " anuncios sobre el aspecto económico de Dassault no pueden tomarse en cuenta", dijo hoy Vandeput al Comité de Defensa Nacional del Parlamento belga.
Dos aviones de combate BAF F-16AM
(Crédito: BAF / Adj Rosselle)
Sin poder impulsar el lado económico de su propuesta, París enfrentará sin duda dificultades para afectar la elección final belga. A finales de diciembre de 2017, los medios belgas sugirieron, basándose en los documentos de Dassault, que el fabricante de aviones francés prometía alrededor de 20.000 millones de dólares de compensación económica en 20 años y más de 5.000 empleos de alta tecnología. Una información que Vandeput dijo que era " demasiado buena para ser verdad " y descubrió que Dassault estaba haciendo un " crimen económico ".
Además, Vandeput señala acertadamente que el equipo francés " optó por comunicarse por la prensa en lugar de presentar una propuesta en el procedimiento que lanzamos ". También confirmó que " la posición del gobierno no cambió desde mi respuesta a la(Comité de Defensa Nacional) el 20 de diciembre de 2017 ", cuando Vandeput declaró que" personalmente no tuvo contacto formal ni informal al respecto (la propuesta francesa) "con su homólogo francés.
El 14 de febrero, Bélgica seleccionará oficialmente el mejor y definitivo oferta. Será evaluado por no menos de 33 expertos, divididos en siete equipos diferentes.
Fuertemente criticado por el Ministerio de Defensa belga, Steven Vandeput (N-VA), la propuesta francesa está siendo proyectada por el gobierno belga, con el fin de evitar cualquier proceso legal de los otros dos contendientes, Lockheed Martin y BAE Systems. decir que Bélgica hará todo lo posible para evitar un nuevo "escándalo Agusta-Dassault", después de lo cual Bruselas en la década de 1990 revisó a fondo su proceso de adquisición de armas.
Bélgica aprobó en diciembre de 2016 la compra de 34 aviones de combate nuevos que se adquirirán a partir de la primavera de 2018 por un importe de 3.573 millones de euros (4.200 millones de dólares) . Dos contendientes compiten oficialmente: Lockheed Martin con su F-35A JSF y BAE Systems con Eurofighter
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