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domingo, 18 de febrero de 2018

Los anteojos con los que la inteligencia de Estados Unidos ve el mundo

La respuesta más difundida por los medios fue la convicción de un papel activo de Rusia para influenciar en las próximas elecciones legislativas en Estados Unidos


Por Fabián Calle

El pasado 13 de febrero la comunidad de inteligencia de los Estados Unidos dio a conocer el "Worldwide Threat Assessment", documento que combina aquella información y prospectiva que puede ser dada a conocer por las 14 agencias de inteligencia con que cuenta la superpotencia. Algunas inmortalizadas por libros y películas, y otras menos conocidas, como la NSA y la DIA

2018 ATA Unclassified SSCI

La primera, por lejos la mejor financiada y centrada en todo lo referido a comunicaciones y mundo digital. La segunda, la inteligencia militar dependiente del Pentágono. 

El mismo día que se daba a conocer este documento, los jefes de estas agencias respondían preguntas de los senadores referidas a los principales riesgos que enfrentaba el país. 

La respuesta más difundida por los medios fue la convicción de un papel activo de Rusia para influenciar en las próximas elecciones legislativas en Estados Unidos. Según la inteligencia americana, tal como sucedió en el 2016, el objetivo no sería favorecer a republicanos o a la oposición demócrata, sino agudizar las tensiones internas, así como desprestigiar en el exterior la política y las prácticas de su histórico rival. 

En otras palabras, debilitar en todo lo posible el soft power o la capacidad de influencia y cooperación americana. Como corresponde, el documento focaliza en la ascendente tendencia a la competencia y aun conflictos entre las grandes potencias, o sea, Estados Unidos, China y Rusia. En el corto plazo, el foco está puesto en la posibilidad cierta de escalada bélica en Corea del Norte y en el Golfo Arábigo o Pérsico. 

Todo ello sin desconocer el ascendente papel de actores no estatales como el terrorismo de Al Qaeda e ISIS, así como hackers y sus ataques informáticos. Algunas veces guiados por Estados rivales y, en otros casos, no. En este sentido, convoca a dar prioridad a la capacidad de detectar, evitar y llegado el caso atenuar los impactos de estas acciones que están llamadas a tener una relevancia central en todos los campos. 

Un país que hace y hará intenso uso de este tipo de disrupciones será Rusia, afirma el texto, en especial contra Ucrania, pero también contra los países de la Organización para el Tratado del Atlántico Norte (OTAN). 

Para poner a prueba su seguridad y potenciar tensiones políticas, sociales, raciales y económicas dentro de los países occidentales. También China es protagonista en este campo, si bien con fuerte énfasis en el espionaje sobre secretos industriales, nuevas tecnologías, finanzas, etcétera. En menor medida, está el caso de Irán, que por el momento concentra sus esfuerzos en inteligencia electrónica y sabotaje sobre Israel y Arabia Saudita. Finalmente, pero no por ello menos importante, figura el caso de Corea del Norte. 

Hasta el momento el énfasis de sus ciberataques ha sido para la obtención ilegal de dinero y recursos financieros, y sobre los despliegues y los planes militares de Corea del Sur y Estados Unidos. Pero pocas dudas hay de que también está en condiciones de llevar a cabo intrusiones para sabotear infraestructura crítica de sus rivales. 

En materia de terrorismo, se puntualiza que el foco está sobre dos organizaciones extremistas sunitas como son Al Qaeda e ISIS. Estas están operativas a pesar de los golpes recibidos y siguen intentando llevar a cabo ataques en territorio de los Estados Unidos, si bien su mayor actividad se da en zonas de conflicto como Siria, Irak, así como áreas de África y Asia. 

La otra rama del terrorismo sería la compuesta por Irán y sus aliados de Hezbollah con base en El Líbano. De hecho, en los últimos años, tanto en la guerra civil siria como en Irak y Yemen estos bandos sunitas y chiitas enfrentados han chocado de manera intensa y han provocado numerosas bajas. Asimismo, el narcotráfico ocupa un espacio no menor. 

Entre otros motivos, no solamente por su descomunal disponibilidad de recursos económicos, nexos más o menos fluidos con grupos terroristas, y su capacidad de influir y corromper, sino también por un marcado aumento del número de ciudadanos estadounidenses fallecidos en los últimos dos años por consumo de drogas ilícitas. 

En este sentido, advierte que, en el 2016, el incremento fue del 21 por ciento. Al tiempo que la producción de cocaína, heroína y metanfetaminas se ubica en niveles récord. La sustancia que está provocando mayor mortalidad es un nuevo y sintético producto derivado del opio. Este escenario explica el poder y la influencia del narcotráfico en México, así como el papel de China como fuente de provisión de sustancias químicas que se usan en los laboratorios clandestinos. La misma difusión de internet y las redes sociales es cada vez de más utilidad para los narcotraficantes, para llegar a proveedores y consumidores. 

En materia de la situación de la economía global, los porcentajes de crecimiento en Estados Unidos, Europa, Asia, etcétera son aceptables, por lo cual no parece haber un escenario de crisis sistémica aguda en el corto y mediano plazo; es un factor moderador de mayores conflictos. Sí cabe esperar un cierto reflujo o reducción de los fondos internacionales que han ido en los últimos años hacia mercados emergentes. 

Los cambios que se vienen produciendo en la economía estadounidense, tal como un dólar más fuerte, reformas impositivas y suba de la tasa de interés, son algunos de los factores explicativos de ello. En materia de petróleo y gas, nada indica que se vaya a revertir radicalmente la baja de los precios, lo cual es un factor de impacto negativo sobre Rusia, Irán, Arabia Saudita, Venezuela. En parte explicado también por el boom de la extracción de shale gas y shale petróleo en territorio estadounidense. 

Por último, en lo que hace al panorama en América Latina, todo indica que una mezcla de bajo crecimiento económico en la mayoría de sus países, fuertes denuncias de corrupción y violencia e inseguridad ciudadana, tenderá a reforzar la visión crítica a lo establecido y conocido por parte sustancial de sus ciudadanos y votantes. 

Factor relevante dado los procesos electorales que se darán en México y Colombia. Si bien la economía mexicana muestra fundamentos relativamente buenos y ello ha venido reduciendo el flujo de inmigrantes ilegales hacia los Estados Unidos, no se puede descartar que vuelva a aumentar. El Gobierno mexicano enfrenta el desafío de una fuerte actividad del narcotráfico, así como un vecindario signado por países con serios problemas socioeconómicos y de inseguridad. Sin duda un caso de extremo es Venezuela con su colapso económico y social. 

La aguda caída en su producción de petróleo y una creciente e intrincada cadena de cesación de pagos a acreedores internacionales no harán más que agudizar las tensiones internas. También se les presta atención a los interrogantes y los riesgos que presenta la situación en Colombia, con su récord de producción de cocaína y la existencia de flujos de guerrilleros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) que están buscando sumarse o crear organizaciones delictivas para actuar en el tráfico de drogas y otros ilícitos. 

Mientras tanto, en nuestra ciclotímica Argentina, en donde pasamos de las profecías de final anticipado del Gobierno de Cambiemos a mediados del 2017, helicópteros de plástico de por medio como souvenirs, al contundente triunfo del oficialismo en octubre, a un febrero de 2018 donde desde algunos sectores sindicales y políticos se vuelve a diagnosticar o, mejor dicho, desear el final anticipado, habrá que tomar en cuenta la ausencia de referencias apocalípticas sobre nuestro país en el informe de inteligencia norteamericano. 

Desde ya, los deseosos de la inestabilidad institucional recurrirán a un menú de explicaciones ad hoc: los norteamericanos no saben hacer inteligencia, buscan esconder los problemas terminales que presenta el Gobierno argentino. O que, pese a los esfuerzos de la Casa Rosada, la Casa Blanca no mira ni le interesa la Argentina. Por esas vueltas de la psiquis humana, la herencia traumática del 2001 y los intereses políticos e ideológicos, son los mismos que tienden a ver a Venezuela sin mayores problemas y no registran la reciente derrota de Rafael Correa en Ecuador, por el 68% de los votos. Como decía Albert Einstein, hay dos cosas infinitas: el universo y la estupidez humana, y sobre la primera de ellas tenía ciertas dudas.

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