• SE UTILIZARÍAN PARA SEGURIDAD DE LA CUMBRE QUE SE HARÁ EN BUENOS AIRES
Morosidades administrativas de Defensa y la repentina crisis cambiaria obstaculizan el desembolso de las divisas. Los aviones Super Etendard adquiridos no están en condiciones de vuelo. Se preveía usarlos pero, el retraso impacta en el tiempo disponible para ponerlos en servicio antes del encuentro.
EDGARDO AGUILERA
El 11 de mayo pasado el Gobierno nacional autorizó el pago de 12.5 millones de euros para la compra de 5 aviones Super Etendard Modernisé (SEM) dados de baja de la marina francesa en 2016. La decisión administrativa N°962/2018 firmada por Marcos Peña y Oscar Aguad, dada a conocer en el Boletín Oficial de aquel día aún no se cumplió.
El país no ha transferido un solo euro a la cuenta del Ministerio de Defensa galo (Dirección General del Armamento) según el compromiso asumido en el "Arreglo Técnico Relativo a la Transferencia de Aeronaves Super Etendard Modernizados a favor de la Armada Argentina" suscripto con fecha 18 de diciembre de 2017, entre el ministro Aguad y la ministra francesa Florence Parly.
Se había especulado en la Armada, -usuario del sistema Super Etendard-, y en oficinas del propio ministerio de Defensa que al menos 2 de las 5 máquinas del lote podrían ponerse en condiciones de vuelo e incorporarse al esquema de seguridad para la cumbre del G-20 que se realizará en Buenos Aires a fin de noviembre. El tiempo es escaso. Las aeronaves aún están en la base aérea francesa de Châteaudun. Allí se depositan los aviones desprogramados (transitoria o definitivamente) del Armée de l'Air (Fuerza Aérea) y la Aéronavale (Aviación Naval), que luego son vendidos a fuerzas extranjeras, utilizados como fuente de repuestos o chatarreados.
El resto del material de soporte que se compró está distribuido en dos bases de la aviación naval gala; Landivisiau, ubicada al norte de Francia a la entrada del Canal de la Mancha y Cuers-Pierrefeu, situada al sur sobre la costa del Mediterráneo. El acondicionamiento de los aviones e insumos y el flete desde esas locaciones hasta su destino final en la base aeronaval Comandante Espora corre por cuenta de la marina criolla.
Morosidades en la gestión de Aguad que no ha rubricado el acuerdo de confidencialidad que protege la transferencia de información, sumado a repreguntas sobre la viabilidad de los aviones planteadas por Gustavo Lopetegui, secretario de Coordinación de Políticas Públicas, retrasaron 4 meses la firma de la decisión administrativa liberando el pago. La crisis cambiaria y un nuevo torniquete (ajuste) a la salida de divisas en contratos fiscales parecen haber impactado ahora la operación con Francia.
En el acuerdo, establecido en diciembre de 2017 se dice que "la Parte argentina se comprometía a retirar los aviones a más tardar el 2 de marzo de 2018".
Las modernizaciones que recibieron los 5 aparatos franceses acrecentaron capacidades que podrían ser aprovechadas por los aviadores navales criollos, entre ellas un sistema de navegación y ataque que mejora la posibilidad de efectuar misiones nocturnas, una versión del radar Anemone-actualizada con mayor precisión para lanzamiento de bombas de guiado lasérico y la incorporación de equipos de contramedidas electrónicas. El plan de máxima de la Aviación Naval es utilizar el material de soporte adquirido: varios lotes de repuestos, equipos y 8 motores usados, también las partes y conjuntos (kits) de alguno de los aparatos SEM y reinstalarlos en los aviones nacionales. De los 14 Super Etendard argentinos recibidos a partir de 1981, todavía están disponibles 11, preservados en la base Espora, esperan ser actualizados y recuperar la operatividad. En la transición se prevé poner en vuelo al menos tres de los cinco SEM franceses hasta que finalicen los trabajos de vuelta a la vida de los aparatos de la Aviación Naval.
El plan tiene un Talón de Aquiles que pondrá a prueba la relación de Macri con Gran Bretaña. Se trata de la revisión y actualización del asiento eyectable instalado en las máquinas Super Etendard tanto en la versión modernizada francesa como en la criolla que es un Martin Baker Mk-6, de origen británico. No debería ser un problema. El Reino Unido no puso reparos en la compra en 2017 de 12 aviones T-C6 Texan II que hizo la Fuerza Aérea Argentina a los Estados Unidos (sólo llegaron 4), equipados con un asiento eyectable del mismo fabricante inglés, Martin Baker. Claro que son aparatos de entrenamiento; -aún no incorporados a esa actividad-; a diferencia del Super Etendard que es un sistema de combate con el antecedente de haber hundido con misiles Exocet al destructor HMS Sheffield y al buque logístico Atlantic Conveyor durante el conflicto del 82. Flexibilizar las restricciones recomendadas por el Comité de Control de Exportación de Armas de la Cámara de los Comunes a la transferencia de material bélico a la Argentina será un nuevo test en la relación bilateral. José Vila, subsecretario de Asuntos Internacionales del Ministerio de Defensa había intentado agendar el asunto del embargo en las conversaciones bilaterales que tuvieron lugar en Londres a principios de año.
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