Recientemente, la base aérea de al-Watiya en Libia fue bombardeada, según se informa, por aviones Rafale, que pertenecían a Francia o a Egipto, las dos naciones dentro del alcance de la base que posee estos aviones (Rafale), escribe el Arab Weekly.
El informe, citando sus fuentes, calificó el ataque de los aviones Rafale como una respuesta a la visita del Ministro de Defensa turco Hulusi Akar a Libia.
La presencia turca en Libia es muy indeseable tanto para Egipto como para Francia, e incluso el primero ha advertido de que intervenga militarmente en Libia si las milicias apoyadas por Turquía intentan dirigirse a Sirte. Francia también ha calificado los movimientos turcos de "inaceptables", subrayando que no permitiría que esto continuara.
Pero este reciente ataque aéreo a la base aérea de Al-Watiya, perpetrado al parecer por aviones Rafale de la generación 4++, demostró que los límites del espacio aéreo difieren de los límites terrestres trazados por el Presidente egipcio Abdel Fattah al-Sisi. De hecho, la instalación de aviones de combate y aviones teledirigidos en Al-Watiya supone una amenaza directa para cualquier ejército desplegado en la región.
Sisi ha examinado la posibilidad de intervenir directamente en Libia, señalando que Egipto "no permitirá que el conflicto en Libia cruce la línea de Sirte". También subrayó que "con respecto a la seguridad de Egipto, al-Jufra es una línea roja que no permitiremos que ninguna fuerza la cruce".
El gobierno de Trípoli acusó a "una fuerza aérea extranjera" de haber bombardeado la base de al-Watiya, sin proporcionar ninguna información sobre la identidad de la aeronave o los objetivos atacados. Aunque los medios de comunicación turcos y qataríes rechazaron cualquier baja, la fuente libia, sin embargo, afirmó que muchos soldados turcos resultaron heridos o muertos en los ataques aéreos de los aviones Rafale.
Un oficial retirado del ejército libio reveló al Arab Weekly que un escuadrón de aviones de combate había lanzado una serie de ataques aéreos contra la base de al-Watiya, donde Turquía había desplegado aviones F-16, aviones teledirigidos Bayraktar TB2 y aviones teledirigidos Anka-S, respaldados por un sistema de defensa aérea MIM-23 Hawk con sus radares.
Dijo además que los ataques aéreos tenían como objetivo los cuarteles de al-Nadab en la base de al-Watiya, que las fuerzas turcas en la base habían utilizado como su cuartel general desde el mes de mayo pasado. También se atacaron los sistemas de defensa aérea de Sungur, las instalaciones de radar fijas y móviles y el sistema de interferencia de señales de Koral, que el ejército de Ankara había desplegado en la base de al-Watiya.
El parlamentario libio Ibrahim al-Darsi reconoció más tarde que "los ataques aéreos fueron lanzados por fuerzas demasiado conocidas por nosotros" y añadió que los objetivos de esos ataques eran "un mensaje claro y constituían una bofetada fuerte y dolorosa a la cara del Presidente turco Erdogan y sus apoderados en Libia, especialmente el gobierno de las milicias encabezado por Fayez al-Sarraj"
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