Fotografía: Los A4 AR realizaron bombardeos nocturnos con guiado laserico.
Movilizadas cual contienda bélica, con sus medios completamente comprometidos en el esfuerzo ante una pandemia planetaria, recuperando aeronaves del museo y llevando carga preciosa y humanitaria, las Fuerzas Armadas no decaen en su esfuerzo. No se han interrumpido las labores de formación y adiestramiento, sus escuelas siguen formando personal, sus ancianos medios de transporte siguen repatriando connacionales y los GOE siguen lanzándose en paracaídas, mientras su personal médico prosigue las actividades de apoyo a la comunidad ante el Covid-19.
La tarea de capacitación no se ha detenido, en los semienterrados bunkers de la V Brigada Aérea, en la provincia de San Luis, renació la frenética y titánica misión de cómo operar ante medios superiores en número y tecnología. Sabido es el crítico panorama que atraviesa la Fuerza, no es necesario ahondar en sus estrecheces presupuestarias ni en el sombrío futuro de la misma.
Pero sus mandos no se arredran ante las dificultades, que ya forman parte del ADN de la institución, nacida en la necesidad y la pobrezas que parecen no tener fin. Golpear profundamente en el punto neurálgico del adversario, es un trabajo de equipo que incluye un sinnúmero de medios y hombres. De quienes buscan el punto débil de un enemigo superior en casi todo, de los que diseñan procedimientos y navegaciones puntillosas que permitan llegar a, blanco en forma certera y demoledora, de aquellos que deben marcar un objetivo en la profundidad del dispositivo enemigo y de los aviadores que llegarán al punto de lanzamiento tras un acercamiento no exento de dificultades.
La noche, con su manto de peligro e incertidumbre, es el marco adecuado para el desarrollo de técnicas y procedimientos que son comunes en fuerzas poderosas y tecnológicamente más avanzadas, pero no fáciles de aprender y llevar adelante en instituciones más carenciadas.
Preparativos para la misión nocturna de bombardeo con bombas IMI TAL1 de 130 Kg cada una y marcacion laserica.
La utilización de medios de visión nocturna de buen nivel facilitan el vuelo de los aviadores, acostumbrados al riesgo calculado y a volar distancia, que en Europa equivale a cruzar varios países para una sola misión. Pilotos que saben delinearse en los perfiles de un territorio vasto y variado como pocos. Los cañadones, bajas montañas y cursos de ríos son elementos vitales para una navegación tal, que permita que un aguijón fuerte e incisivo golpee audazmente un punto clave.
Los A4AR salieron de sus refugios semienterrados con sus bombas convencionales, es lo que hay, para efectuar una misión de apoyo directo y a buena distancia, con sus pilotos equipados con gafas de visión nocturna hasta un lugar donde su blanco fue señalizado por el sistema láser que porta un helicóptero Bell 412. En fracción de segundos la marcación fue realizada con efectividad y los jets lanzaron su carga bélica con notable acierto.
El corazón de la FAA sus aviadores en este caso con equipo NVG para la próxima misión.
Mencionemos que toda la misión fue hecha por una escuadrilla entera de máquinas volando, navegando, iluminando el blanco y atacando con capacidad NVG.
El pasado año se había realizado la misma misión, pero la marcación del objetivo la hacía una patrulla del GOE, Grupo de Operaciones Especiales, que se habían infiltrado días antes en cercanías del punto a atacar. Esta vez, se utilizó a una sección de dos helicópteros Bell 412 que con equipamientos laser, FLIR y nocturnos lograron la infiltración a zonas de riesgo, el marcaje de los objetivos , señalizarlos y pasándose la información clave a los aviones de combate para luego evadir raudamente a las defensas contrarias..
Halcones y Búhos juntos para una tarea difícil y complicada, pero hecha con entusiasmo y eficiencia. Salieron de unos solitarios bunkers, muy alejados de las miradas indiscretas y pocas veces concurridos, pero volvieron a la vida con los rápidos y certeros movimientos de los especialistas y técnicos, los Magos, los que solucionan todo aun en la oscuridad y el frío duro que corría, los armeros que prepararon el material lanzable que llegaría al blanco rotundamente, los Comandos que cuidaron con esmero instalaciones y personal, en fin...todos para una misión, para una Orden Fragmentaria, como mucho tiempo atrás. La Fuerza Aérea todavía está viva, está claro.
Fuente: https://www.defensa.com/
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