El choque entre Turquía y Grecia, lejos de aflojarse, se recrudece. Esta vez ha sido el Gobierno griego el que ha anunciado una batería de medidas para mejorar su armamento
Helicópteros de la US Navy MH-60R en configuración antisubmarino (arriba) y ataque (abajo) que presumiblemente podría adquirir Grecia. (US Navy)
La tensión en el Mediterráneo, ya caldeada con el asunto de Libia, se sigue incrementando día a día por el conflicto surgido entre griegos u turcos. Las actividades turcas, en aguas próximas a islas griegas, están tensando la situación a unos niveles desconocidos desde el conflicto de Chipre. Ni turcos ni griegos ceden. Todo lo contrario. En una escalada de gestos, declaraciones políticas y movimientos militares, se está alimentando un clima de abierta hostilidad. Lo último: las declaraciones del Primer Ministro griego anunciando adquisiciones de material militar. Grecia se quiere rearmar y esto cambia el equilibrio de fuerzas en el Mediterráneo.
Fue en la rueda de prensa que Kyriakos Mitsokatis dio en Tesalónica el pasado 13 de septiembre, durante una feria de comercio. Allí, en tono serio, anunció una serie de adquisiciones de material militar por parte de Grecia. Habló de 18 aviones de combate Rafale, fragatas, cuatro helicópteros navales, armas, modernizaciones en buques existentes e incremento de tropas terrestres. A partir de ahí se ha sucedido una cascada de especulaciones, algunas poco creíbles, donde lo único que se da por seguro es la adquisición de los 18 aviones Rafale a Francia. Toca analizar todas estas posibles adquisiciones, si realmente tienen sentido y en qué volumen de inversión se puede meter Grecia.
Equilibrio de fuerzas aéreas
La fuerza aérea griega tiene como elemento principal su flota de aviones de combate F-16, con un total de 114 aparatos en activo. Estos aviones han llegado en diferentes lotes, desde 1989 los primeros, hasta 2010 los últimos. Todos son de los modelos C/D (monoplazas/biplazas) pero solo los más antiguos son del Block 30/32, una versión intermedia, mientras que el resto son del Block 50/52 y 50/52 PLUS.
Éstos tienen numerosas mejoras, como sistemas de navegación y posibilidad de utilizar modernos misiles y los 'PLUS' pueden llevar los controvertidos depósitos conformados, algo que gusta a algunos pilotos pero que a otros no tanto. En el fondo se trata de una versión buena, pero no de las más punteras y por ello hay planes para modernizar 85 de estos aviones a la versión F-16V, que contaría con radar AESA, entre otras mejoras.
La tensión en el Mediterráneo, ya caldeada con el asunto de Libia, se sigue incrementando día a día por el conflicto surgido entre griegos u turcos. Las actividades turcas, en aguas próximas a islas griegas, están tensando la situación a unos niveles desconocidos desde el conflicto de Chipre. Ni turcos ni griegos ceden. Todo lo contrario. En una escalada de gestos, declaraciones políticas y movimientos militares, se está alimentando un clima de abierta hostilidad. Lo último: las declaraciones del Primer Ministro griego anunciando adquisiciones de material militar. Grecia se quiere rearmar y esto cambia el equilibrio de fuerzas en el Mediterráneo.
Fue en la rueda de prensa que Kyriakos Mitsokatis dio en Tesalónica el pasado 13 de septiembre, durante una feria de comercio. Allí, en tono serio, anunció una serie de adquisiciones de material militar por parte de Grecia. Habló de 18 aviones de combate Rafale, fragatas, cuatro helicópteros navales, armas, modernizaciones en buques existentes e incremento de tropas terrestres. A partir de ahí se ha sucedido una cascada de especulaciones, algunas poco creíbles, donde lo único que se da por seguro es la adquisición de los 18 aviones Rafale a Francia. Toca analizar todas estas posibles adquisiciones, si realmente tienen sentido y en qué volumen de inversión se puede meter Grecia.
Las tensiones entre Grecia y Turquía no son nada nuevo. Vecinos en el Mediterráneo y aliados en la OTAN, son sin embargo países en permanente conflicto,
Equilibrio de fuerzas aéreas
La fuerza aérea griega tiene como elemento principal su flota de aviones de combate F-16, con un total de 114 aparatos en activo. Estos aviones han llegado en diferentes lotes, desde 1989 los primeros, hasta 2010 los últimos. Todos son de los modelos C/D (monoplazas/biplazas) pero solo los más antiguos son del Block 30/32, una versión intermedia, mientras que el resto son del Block 50/52 y 50/52 PLUS.
Éstos tienen numerosas mejoras, como sistemas de navegación y posibilidad de utilizar modernos misiles y los 'PLUS' pueden llevar los controvertidos depósitos conformados, algo que gusta a algunos pilotos pero que a otros no tanto. En el fondo se trata de una versión buena, pero no de las más punteras y por ello hay planes para modernizar 85 de estos aviones a la versión F-16V, que contaría con radar AESA, entre otras mejoras.
El resto de sus aviones de combate son alrededor de 30 veteranos Phantom F-4E AUP, dedicados a misiones de ataque y secundarias, más el 'paquete' de aviones franceses: 16 Mirage 2000 EG y 24 Mirage 2000-5 Mk II. Los 'EG' son una versión de exportación equivalente a la versión 'C', son los más antiguos, se adquirieron en 1985 aunque diez se modernizaron al estándar de los 2000-5 Mk II, que llegaron en 2000. De entrada, serían los “EG” no modernizados los que se reemplazarían con los Rafale.
Frente a esto Turquía enfrenta una fuerza compuesta por F-4E Phantom y F-16. Los F-4E, modernizados por Israel con su programa 'Kurnass 2000', tienen un aspecto impecable, pero aun así son aviones con demasiados años, vulnerables y dedicados a misiones de ataque. Los F-16, con una flota de 158 aparatos, son otra historia. Son también modelos C/D en distintas versiones. Los aviones fueron llegando de las versiones Block 30, Block 40 y Block 50. En la actualidad es posible que una mayoría se encuentren modernizados con equipos equivalentes a los Block 50 PLUS.
El Rafale puede inclinar la balanza
Como se ve, ambas fuerzas son prácticamente idénticas y, si quitamos el contingente de cazas de origen francés, ambos, griegos y turcos, se han dotado de idénticos medios. Grecia ha llevado una política más inteligente de adquisiciones, en la que ha diversificado sus proveedores dotándose de material americano y francés, europeo al fin y al cabo. Algo que siempre ha hecho España, hasta ahora, con muy buenos resultados.
Con toda franqueza, la adquisición del modelo francés Rafale no debería sorprender a nadie. Introduce un elemento diferenciador que puede ser decisivo si Turquía no toma medidas, a la vez que Grecia se dota de un avión de “casi 5ª Generación” con elevadas capacidades, probado, fiable y, sobre todo, diferente y desconocido para los turcos.
El Rafale es un avión que nació fruto del desacuerdo de Francia con sus socios europeos. En un principio el país galo formaba parte del consorcio que acabaría desarrollando el Eurofighter, pero sus discrepancias surgieron pronto. Los principales problemas vinieron fruto de las diferentes necesidades que Francia planteaba, sobre todo querían una versión naval y la capacidad de ataque nuclear, algo que el resto de socios no precisaban. Tampoco ayudó el hecho de que Francia exigiera una posición de liderazgo en el programa, por lo que ante las desavenencias surgidas, abandonó el proyecto y comenzó en solitario el desarrollo de su propio avión, que vio la luz como prototipo (Rafale A) en 1986, mientras que el Eurofighter no lo haría hasta 1994.
Pese a su adelanto sobre el programa EFA (precursor del actual Eurofighter), el Rafale no entró en servicio hasta 2001 (el Eurofighter lo hizo en 2003). Problemas técnicos y, sobre todo presupuestarios, produjeron muchos retrasos, hasta el punto de que Francia se planteó adquirir el F-18 para su aviación naval. El resultado fue un bonito y estilizado avión bimotor, de ala delta con planos 'canard', con los rasgos y la finura aerodinámica propia del fabricante Dassault, responsable de toda la gama de aviones Mirage, entre otros. Un avión nacido para el combate aéreo pero con unas magníficas aptitudes como avión de ataque.
Las versiones actuales, Rafale C, disponen de radar AESA RBE2 AA, con muy buenas prestaciones aunque ligeramente inferiores al radar AESA CAPTOR del Eurofighter y a las últimas versiones de radares americanos. Dispone de DVI (Direct Voice Input) que permite al piloto dar órdenes verbales al avión, así como un sofisticado sistema OSF (Optronique Secteur Frontal), equivalente a los IRST, sistema optrónico para seguimiento visual y por infrarrojos, capaz de detectar objetivos aéreos a distancias de 100 km y terrestres o navales a 6 km.
Como armamento, utiliza la panoplia completa del arsenal francés y occidental: desde misiles aire aire Magic II, MICA o Meteor, misiles de ataque a tierra Apache, Storm Shadow y toda la familia de bombas Mk-82 / GBU. Importante también su capacidad antibuque armado con misiles AM-39 Exocet.
En resumen, es un avión muy superior al F-16 en cualquiera de sus versiones, comparable con el Eurofighter a quien aventaja en algunos aspectos, como autonomía, capacidad de ataque a tierra, agilidad y firma de radar o RCS, un poco inferior. Pero se ve superado en velocidad, electrónica y sistemas y en combate lejano. Es un avión bastante caro y las versiones modernas superan los 85 millones de euros, aunque su coste operativo se estima algo inferior al del Eurofighter.
Sobre los 18 Rafale adquiridos por Grecia se han producido estos días muchas informaciones contradictorias. Dada la prisa en tener disponible esta flota, los primeros ejemplares que reciban los griegos serán aviones franceses de segunda mano y de su primera generación, pero modernizados al estándar “C F3”, que incluye el radar AESA, el sistema optrónico OSF y el importante alertador de misiles infrarrojos DDM-NG. El número de aviones de segunda mano varía según las fuentes entre 6 y 12, pero no serán “gratis”, pues resulta obvio que su modernización no resultará barata.
Más y más compras de armamento
Además de los aviones, el Primer Ministro habló de adquisiciones de fragatas, helicópteros e incluso de comprar a futuro aviones F-35. Sobre esto se han producido múltiples y diferentes informaciones.
Las fragatas en principio iban a ser dos buques de fabricación francesa y del tipo FTI 'Belharra'. Se trata de un nuevo diseño francés de buque de 122 metros de eslora con un desplazamiento de 4.250 toneladas. Son buques de diseño vanguardista, cuya característica visual más llamativa es su proa inclinada hacia adelante (como los destructores Zunwalt). Irían dotadas de radar Thales SeaFire y armadas de misiles Exocet. Posteriormente saltó la información de que, en lugar de estas dos fragatas, serían cuatro del tipo MEKO-200, similares a las que ya tienen en servicio. No se sabe si esto es una maniobra para meter presión a Francia (sus buques son muy caros) o un cambio de criterio.
Además, está la compra confirmada (y autorizada por EEUU) de cuatro helicópteros navales MH-60R, versión moderna y de gran capacidad antisubmarina. También se habla del posible encargo de cuatro unidades adicionales de los submarinos alemanes tipo 412, de los que Grecia tiene ya otras cuatro unidades en servicio, así como la guinda del pastel, la adquisición de 24 aviones F-35A. Todo esto, salvo los helicópteros que son en firme, deberá irse confirmando.
Presupuesto desmesurado
Cuando hay amenaza de conflicto la industria de defensa se frota las manos y todos se felicitan por las futuras ventas. Pero el precio de todo esto es enorme y Grecia, al igual que casi toda Europa (unos más y otros menos) y pese a que la Defensa es una de sus prioridades, no tendrá fácil invertir tanto dinero. En términos económicos, la factura de los Rafale puede superar los 1.200 millones de dólares, dependerá del número de aviones de segunda mano y nuevos. Francia está haciendo caja y ahora mucha gente entiende su apoyo inmediato a Grecia y las importantes maniobras realizadas con los helenos, Rafale incluidos.
Los cuatro helicópteros saldrán por unos 170 millones de dólares. Dos fragatas 'Belharra' serían unos 1.600 millones, mientras que las cuatro MEKO alemanas supondrían cerca de 2.400 millones de dólares. Si se confirmaran los cuatro submarinos, habría que añadir otros 1.600 millones y ya, si ponemos los 24 F-35, otros 3.000 millones de dólares (es la cifra que se baraja), a 124 millones unidad, incluyendo motores de recambio, piezas, armamento y adiestramiento.
Grecia podría necesitar una enorme cantidad de dinero. Hagan la suma. Mientras, Turquía estará con la calculadora en la mano. Los Rafale suponen una amenaza muy seria y la posible venta del F-35, tras habérselo negado a ellos, sería un golpe de efecto. En Rusia, sin embargo, pueden estar abriendo botellas de vodka. Muy probablemente los turcos acudan ahora a su mercado.
Fuente:https://www.elconfidencial.com
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