El satélite prestará servicio durante un mínimo de siete años y
descargará alrededor de 230 imágenes diarias con una resolución de entre
2,5 y 10 metros
El satélite español Ingenio compartirá viaje con el francés Taranis, diseñado para observar fenómenos electromagnéticos radiantes y luminosos que ocurren entre 20 y 100 km por encima de las tormentas (Arianespace)
El primer satélite gubernamental español de observación óptica ya ha sido trasladado a la torre de lanzamiento alojado en el interior de la parte alta de un cohete europeo Vega.
El lanzador completo no tomará su forma definitiva hasta el jueves, 12 de noviembre, cuando darán comienzo los ensayos y revisiones que deben culminar con la luz verde para que Ingenio ‒que así se llama el satélite‒ pueda emprender el vuelo rumbo al espacio.
Salvo incidencias de tipo técnico o atmosférico, el despegue del Vuelo Vega número 17 (VV17) ha quedado programado para el lunes, 17 de noviembre, a las 02:52 horas de la madrugada, hora peninsular española. Debido a la posición ecuatorial de la base espacial de Kurú, serán las 22:52 horas del día 16 en la Guayana francesa.
Con carácter previo, los técnicos de Arianespace ‒la compañía de servicios de lanzamiento encargada de las actividades de puesta en órbita de Ingenio‒, han llenado con 80 kilos de hidracina sus depósitos de combustible, cantidad estimada como suficiente para que permanezca operativo a 670 kilómetros de altura durante un tiempo mínimo de siete años. Con su carga de hidracina, el peso total de Ingenio al despegue se sitúa en los 788 kilos.
Ingenio es propiedad del Centro para el Desarrollo Tecnológico Industrial del ministerio de Ciencia e Innovación, que ha sido el organismo responsable de la gestión del proyecto, con el soporte técnico de la Agencia Espacial Europea. Una vez en el espacio debe garantizar la obtención de imágenes ópticas multiespectrales de alta resolución.
El 15 y 16 de octubre sus depósitos de combustible fueron llenados con 80 kilos de hidracina para facilitarle una vida en el espacio estimada en siete años (Arianespace)
Para aplicaciones gubernamentales y comerciales
Sus sensores ópticos generarán alrededor de 230 imágenes diarias, con una resolución de 10 metros en color y de 2,5 metros en blanco y negro. Con ellas se pretende que sean de utilidad para los ministerios de Interior, Agricultura y Transición Ecológica, al igual que también para el departamento de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana, las Comunidades Autónomas, los Ayuntamientos y otras instituciones oficiales.
Pero Ingenio no solo cubrirá zonas del planeta de interés para el gobierno español. También lo hará para los clientes comerciales que contraten sus servicios para aplicaciones comerciales, tales como la mejora de la cartografía, la gestión de los recursos hídricos, el uso del suelo urbano, agrícola y forestal.
También se dedicará al control de riesgos, la supervisión medio ambiental y aplicaciones relacionadas con la seguridad de las fronteras. De este modo se quiere conseguir recuperar la inversión efectuada, que supera los 200 millones de euros.
En órbita a 670 kilómetros de altura, sus sensores ópticos generarán imágenes con una resolución de 10 metros en color y de 2,5 en blanco y negro (Arianespace)
La campaña de lanzamiento de Ingenio ‒también conocido como SeoSat‒ dio comienzo el 24 de septiembre, cuando a bordo de un avión de transporte ruso Antonov An-124 llegó al aeropuerto internacional Félix Eboué de Cayena, la capital del territorio francés de Ultramar de la Guayana.
Le esperaban una quincena de técnicos españoles que han participado en su fabricación, cuya labor en es supervisar las actividades y solventar cualquier tipo de anomalía que pudiera surgir. Inmediatamente después de haber desembarcado del avión, Ingenio fue trasladado al Complejo de Preparación de Cargas Útiles de la base espacial de Kurú, donde fue sometido a un exhaustivo proceso de inspecciones y controles para confirmar el buen estado del satélite.
El segundo se convirtió en el primero
A principios de noviembre se unió al grupo el jefe del programa Ingenio, Oriol Álvarez, el máximo responsable de su fabricación en Airbus Space Systems España, contratista principal del proyecto. Oriol Álvarez ha sido el encargado de velar por que las especificaciones técnicas y operativas del satélite se cumplan, en especial una vez que Ingenio entre en funcionamiento en órbita. Para entrar en territorio de Guayana, todos ellos han tenido que acreditar un PCR negativo respecto al COVID-19.
Ingenio es el resultado de más de una decena de años de trabajo de la industria española. Bajo el liderazgo de Airbus Space Systems España en calidad de contratista principal, Indra y SENER han sido las empresas encargadas de dirigir la puesta a punto del segmento terrestre y del instrumento óptico, respectivamente.
Financiado en su totalidad con presupuestos oficiales por un valor global inicial de 346 millones de euros, es el fruto del Programa Nacional de Observación de la Tierra por Satélite (PNOTS), un acuerdo suscrito en julio de 2007 por los ministerios de Defensa e Industria
La finalidad del PNOTS es lograr que el gobierno español y sus distintos organismos e instituciones dispongan de plena autonomía en la obtención de imágenes desde el espacio. La forma de conseguirlo ha consistido en desarrollar, fabricar y disponer de un sistema espacial dual compuesto por una plataforma óptica (Ingenio) y otra equipada con tecnología radar (Paz). La segunda está centrada en misiones de defensa y seguridad mientras que la primera debe dedicarse de forma preferente a prestar servicios en la vertiente civil.
El calendario fijado en los orígenes del PNOTS contemplaba que el primer satélite en volar al espacio debía ser Ingenio, allá por 2012. Pronto se vio que era una fecha irreal y se reprogramó para mediados de 2015. Sin embargo, importantes anomalías detectadas en el diseño y desarrollo de las dos cámaras ópticas tipo Korsch que lleva a bordo provocaron varios años adicionales de retraso en su fabricación.
A lo anterior se sumaron dificultades en la disponibilidad del lanzador Vega, lo que ha demorado su despegue 15 meses adicionales. La consecuencia fue que el satélite radar Paz despegó en febrero de 2018 y entró en servicio en septiembre del mismo año. Casi dos años después le acompañará Ingenio.
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