Diversos medios surcoreanos revelaron que el Gobierno de Jakarta no realizó ningún aporte monetario durante todo el 2020 respecto de sus obligaciones para con el programa KF-X. Incluso corren rumores que Indonesia se retiraría del mismo.
El programa Korea Fighter eXperimental (KF-X), para el desarrollo de un caza nacional de nueva generación, fue anunciado por el presidente de Corea del Sur allá por marzo del 2001. Más adelante, buscando financiación, se captó el interés de Indonesia. Este país se haría cargo de los costos del 20% del programa (de un costo total estimado en 7.800 millones de dólares), a cambio de la transferencia de tecnología necesaria que les permitirá en el 2026, cuando el caza esté listo, producir 50 unidades en su país.
Pero Indonesia no parece estar muy preocupada por honrar sus compromisos. Desde la firma del convenio con el gobierno de Corea del Sur en 2016, solo se giró el pago completo de ese mismo año, unos 45 millones de dólares.
De los 167 millones de dólares que Jakarta debía transferir en el 2017, Seúl solo recibió 40. El aporte indonesio al programa en el 2018 fue de 0, debiendo la totalidad de los 181 millones de dólares comprometidos. En el 2019 se realizó la mayor contribución al KF-X, cuando Indonesia pagó 160 millones, de los 172 millones de dólares correspondientes a ese año. Y en lo que va del 2020, nada de nada. Indonesia solo pagó la cuarta parte de lo pactado.
Además de los pagos retenidos, Indonesia no volvió a enviar a Corea a los 114 especialistas técnicos de su empresa aeroespacial PT Dirgantara Indonesia, que fueron repatriados en marzo debido a los brotes del coronavirus en el país anfitrión.
Para instar a la participación de Indonesia, los negociadores de la agencia de adquisición de armas de Seúl, la Administración del Programa de Adquisición de Defensa (DAPA, por su sigla en inglés), visitaron Indonesia en septiembre.
Según una fuente del gobierno coreano, los funcionarios indonesios solicitaron una renegociación del acuerdo inicial sobre el KF-X, pidiendo más transferencias de tecnología a cambio de su compromiso, así como una reducción de su carga del 20 al 15 por ciento.
Coqueteos varios, pero ningún compromiso
Jakarta viene desde hace bastante tiempo negociando con diferentes países por la adquisición de nuevos aviones de combate.
Indonesia había seleccionado el Su-35 como su próximo caza, para mantener una continuidad con su flota existente de Flankers Su-27 y Su-30 adquiridos en la primera parte de la última década. Las negociaciones para los aviones rusos concluyeron en 2018, pero Indonesia se mostró reticente a firmar el contrato de 1140 millones de dólares, por temor a que pueda estar sujeto a sanciones estadounidenses. Como se tenía el acuerdo por “seguro”, en Rusia ya se habían empezado a fabricar las partes para los Su-35 indonesios. Por suerte para Moscú, esos cazas terminaron siendo fabricados para Egipto.
Luego vino el intento de negociar por la compra de los 15 Eurofighters Typhoon de Austria. Hay que recordar que éstos son aviones Tranche 1, solo aptos para una defensa aérea bastante básica, y que resultó ser una compra muy controvertida, con acusaciones cruzadas de corrupción y sobre-costos entre el Gobierno austríaco y Airbus.
Y en fechas recientes se comenzó a hablar de que París y Jakarta estarían negociando un programa de adquisición de hasta 48 Dassault Rafale.
Según el sitio coreano Segye.com, el paquete de armamento propuesto a Indonesia no solo se trata de cazas Rafale, sino también de armamento guiado de lanzamiento aéreo, así como barcos patrulleros y submarinos para la Armada. Para endulzar el trato, se ofrecería un importante paquete de transferencia de tecnología y un gran apoyo financiero, garantizado por la banca francesa.
En una entrevista dada a la televisión, la Ministra de Defensa de Francia, Florence Parly, comento sobre el acuerdo con Indonesia «No lo hemos firmado todavía, pero hemos trabajado mucho y el acuerdo salió bien».
En medio de todas estas idas y vueltas, Indonesia amenaza abandonar el programa conjunto KF-X. Funcionarios indonesios hacen presión aduciendo que el KF-X solo es un avión en los planos, que no es real, y que la opción francesa por el Rafale es mucho más conveniente e inmediata. Sin embargo esto no es cierto, ya que en las instalaciones de Korean Air Industries (KAI), el primer prototipo del KF-X está en la etapa de ensamblado final.
Sin duda Jakarta está negociando muy agresivamente, y piensa exprimir a cada parte para sacar el máximo beneficio, por el menor costo.
Fuente:https://koreajoongangdaily.joins.com
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