El éxito obtenido por China en la interceptación de misiles balísticos indica una creciente capacidad de guerra espacial

El Ministerio de Defensa chino informó el 4 de febrero de que el país había interceptado con éxito un misil balístico de alcance intermedio simulado, que, según los funcionarios, era puramente defensivo y no pretendía ser una señal para ningún país en particular.

Los misiles terrestres de alcance intermedio son desplegados por la vecina India, pero se espera que las Fuerzas Armadas de Estados Unidos los desplieguen en Asia Oriental en el futuro tras la retirada de Washington del Tratado INF, que le ha prohibido desplegar este tipo de armas. 

Las tecnologías necesarias para la interceptación de misiles balísticos de alcance intermedio también tienen aplicaciones considerables para la guerra espacial y pueden utilizarse para derribar satélites enemigos, un campo que preocupa cada vez más a Estados Unidos. 

El lanzamiento se realizó desde el Centro de Lanzamiento de Satélites de Taiyuan, en la provincia de Shanxi, que desempeña un papel clave en las pruebas de nuevas armas para la Fuerza de Cohetes del Ejército Popular de Liberación

Lanzamiento del misil balístico chino de medio alcance DF-26

Estados Unidos desplegó notablemente uno de sus tres aviones RC-135S Cobra Ball cerca de Taiyuan, aunque permaneció en aguas internacionales, con estas aeronaves especialmente configuradas para recoger información de los lanzamientos de misiles. 

Esto indica que Estados Unidos probablemente tenía conocimiento previo de la prueba, y una evaluación más cercana de las capacidades chinas le permitió potencialmente desarrollar mejores contramedidas para la interceptación de sus misiles y satélites. 

RC-135S Cobra Ball 

China ha intentado desarrollar una capacidad de alerta temprana con la ayuda de Rusia contra posibles ataques occidentales con misiles balísticos, y aunque se ha adelantado a Rusia en una serie de campos tecnológicos clave, sigue estando por detrás en sus capacidades de defensa aérea estratégica y disuasión nuclear. 

Los sistemas rusos de defensa antimisiles, como el S-500 y el A-235, se consideran los más capaces del mundo y están bien adaptados para neutralizar objetivos espaciales e hipersónicos, y se espera que China despliegue más armamento de este tipo en los próximos años. 

Los medios de comunicación rusos y estadounidenses informan de las intenciones de sus respectivos países de desarrollar aeronaves espaciales con funciones de combate, por lo que se especula que China también está tratando de conseguir este tipo de aeronaves, que tienen el potencial de desempeñar un papel importante en el control de las defensas terrestres y, posiblemente, en el derribo de misiles balísticos enemigos de alcance intermedio e intercontinental.

Fuente:https://militarywatchmagazine.com