RT.COM - Las armas 'inteligentes' utilizadas por Rusia en la operación de su Fuerza Aérea en Siria contra los yihadistas del Estado islámico han probado su efectividad en distintas misiones, en especial las bombas y misiles equipados con modernos sistemas de guiado. Estas armas de precisión son utilizadas para atacar desde una gran altura, evitando acciones de respuesta.
Las bombas rusas de precisión están vinculadas al sistema de navegación Glonass que las dirige hasta su blanco, mientras que los misiles son teledirigidos por un operador especializado.
Uno de los proyectiles probados para los ataques de precisión quirúrgica en Siria don las bombas guiadas KAB, que se utilizan en dos versiones: KAB-250 y KAB-500.
Uno de los proyectiles probados para los ataques de precisión quirúrgica en Siria don las bombas guiadas KAB, que se utilizan en dos versiones: KAB-250 y KAB-500.
Las bombas guiadas KAB-250 fueron desarrolladas en la pasada década y están pensadas en concreto para los aviones caza de quinta generación PAK FA, en cuyos compartimentos internos se colocan.
La KAB-500 también puede ser utilizada por otros aviones de combate modernos rusos, incluyendo el caza-bombardero Su-34, que arroja estas bombas sobre sus objetivos desde una altura de 5.000 metros.
Los misiles con sistemas de guiado láser empleados en Siria se caracterizan por su peso y la composición de su ojiva.
Lo cazas Su-24 y Su-25 también utilizan bombas no guiadas. Los métodos de bombardeo de los pilotos rusos les permiten realizar ataques de una precisión letal.
Los centros de mando del Estado Islámico son, por lo general, unos búnkeres subterráneos de niveles múltiples de hormigón armado, por lo que se requiere una bomba Betab-500 especial para su destrucción. Cuando la bomba, impulsada por sistemas equivalentes a los de los misiles, golpea el techo del búnker y explota, cualquier estructura subterránea queda completamente destruida.
Otra de las armas utilizadas por la Fuerza Aérea de Rusia es la bomba de explosivo de alta potencia OFAB-250, que se utiliza para destruir blancos no protegidas, como los campos de entrenamiento y las bodegas de armamento.
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Los centros de mando del Estado Islámico son, por lo general, unos búnkeres subterráneos de niveles múltiples de hormigón armado, por lo que se requiere una bomba Betab-500 especial para su destrucción. Cuando la bomba, impulsada por sistemas equivalentes a los de los misiles, golpea el techo del búnker y explota, cualquier estructura subterránea queda completamente destruida.
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