El físico asegura que de esta forma se podrían asumir misiones de mayor envergadura. Los nuevos proyectos satelitales y el respaldo al Gobierno
Es considerado “el padre de la actividad espacial argentina”. Conrado Varotto, nació en Italia pero llegó en su infancia a la Argentina, un país que destaca: “le dio todo”. Se doctoró en física en el Instituto Balseiro y, becado por el Conicet, se perfeccionó en la Universidad de Stanford. A su regreso, concibió la idea de crear una empresa de tecnología inspirada en las que se estaban fundando en Silicon Valley: el Invap en Bariloche.
Desde 1994 es el director ejecutivo y técnico de la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae), donde trabajan 344 profesionales, entre agentes y becarios. Desde esa fecha ha puesto en órbita cuatro satélites para la observación de la Tierra. Y va por más. Acaba de presentar junto a su equipo un ambicioso Plan Nacional Espacial para el período 2016-2027, que avanza en la construcción de los satélites de la Misión Saocom y las pruebas con vehículos experimentales para el lanzador espacial argentino Tronador II
Pero, además, trabaja en un nuevo concepto: la arquitectura segmentada, que consiste en desarollar satélites pequeños y livianos capaces de trabajar en red y crear una constelación. El objetivo es que varios satélites pequeños trabajando coordinadamente puedan cumplir con las mismas funciones que un satélite de grandes dimensiones con menor tiempo de desarrollo y a más bajo costo.
“La actividad espacial que desarrolla la Conae tiene como objetivo tener un impacto en las actividades socioeconómica del país, el uso de la ciencia y la tecnología de máximo nivel pero orientada hacia necesidades concretas. El fin de la Conae no es producir un conocimiento y dárselo a otro que lo pague sino más bien el concepto de un bien público, dar un servicio”, le explicó Varotto a PERFIL
En este sentido, destacó la construcción de los satélites de observación de la Tierra Saocom 1A y Saocom 1B que Argentina lanzará en 2017 y 2018, respectivamente, y que integrarán el Siasge (Sistema Italo Argentino de Satélites para la Gestión de Emergencias), con aplicaciones en agricultura, geología y clima.
“Tenemos un programa que se llama 2Mp (dos millones de pibes) dirigido a chicos entre 8 y 16 años para que aprendan a utilizar la información espacial que generamos con los satélites de observación en sus actividades diarias”, contó Varotto. “En las charlas los chicos me preguntan por qué nosotros no vamos a Marte. Aunque Argentina no está en condiciones de meterse en un programa espacial para ir a la Luna, estamos pensando en proyectos de mayor envergadura mas allá de la Tierra”.
Para eso, según el ingeniero, hay que ir al concepto de la Agencia Espacial Europea. “Argentina es un gran promotor de crear una agencia espacial regional, ya se han firmado acuerdos de trabajo con varios países”, sostuvo.
—Desde 1994 usted pasó por muchos gobiernos. ¿Qué diferencias encuentra entre el macrismo y los anteriores?
—Uno escucha muchas cosas pero la realidad es que en el área espacial lo único que nos ha pasado es que cada vez que hubo un cambio de administración no sólo tomaban el plan que elaborábamos sino que nos pedían más. Nosotros no nos liberamos de los vaivenes del país, si hay crisis hay crisis. Pero desde el punto de vista de la actitud, cada vez los argentinos comprenden más la importancia de la ciencia y la tecnología para el desarrollo del país. Pero también los gobiernos cada vez lo entienden más y actúan más.
—Pero hay una parte de la comunidad científica que está muy preocupada por los recursos destinados a ciencia y la decisión de posponer proyectos como Arsat III.
—No hay que confundir temas que hacen a cuestiones de servicios con ciencia y tecnología. Que haya una empresa en el medio que sufra o no si un proyecto se cancela, lo dijo bien claro porque yo fundé esa empresa (Invap), es muy diferente a decir que este Gobierno no apoya la CyT. Que siga Lino Barañao es la mejor demostración de que a este Gobierno le interesa la ciencia. Siempre pasa que ante los cambios, algunos miembros de la comunidad científica tienen esa actitud desconfiada. Pero yo considero que no hay nada para preocuparse.
Un nuevo test para el Tronador II
La Argentina continúa adelante con el proyecto Tronador II para tener un lanzador propio de satélites. La Comisión Nacional de Actividades Espaciales (Conae) prevé que en agosto se hará una nueva prueba del prototipo VEX 5A en Pipinas, al este de la provincia de Buenos Aires.
“En su origen el Tronador está pensado como un lanzador de alta precisión con capacidad para colocar satélites de no más de 200 kilos en las órbitas que necesitamos, que son las polares. La ventaja es que en la forma que esta concebido es muy inmediato darle más capacidad, pasar del Tronador II al III, que podría poner en órbita satélites de hasta mil kilos”, explicó Conrado Varotto, director de la Conae. “No es que estamos entrando al mercado de los lanzadores porque queremos competir internacionalmente. Se trata de una necesidad intrínseca del concepto arquitectura segmentada. Como beneficio adicional, vamos a poder dar servicios a terceros”, sostuvo. También se avanza en la construcción de una base de lanzamiento de satélites definitiva en Puerto Belgrano.
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