Por Carlos de la Vega, para Agencia TSS – Es bien conocida la fórmula de Jorge Sábato acerca de que el desarrollo tecnológico es fruto de la sinergia positiva entre el Estado, la infraestructura científico-tecnológica —en la que las instituciones académicas son fundamentales— y las empresas. La nueva edición de Expotrónica, la exposición de electrónica e informática organizada por la Cámara de Industrias Informáticas, Electrónicas y de Comunicaciones del Centro de Argentina (CIIECCA) intentó articular, al menos en un espacio de exhibición conjunta, los tres lados de ese triángulo. Para eso, contó con el patrocinio del Gobierno de la provincia de Córdoba; la cesión gratuita de espacios para que los colegios secundarios técnicos, los institutos terciarios y las universidades mostraran su oferta académica y sus proyectos tecnológicos; y la presencia de empresas de diversos rubros. Aunque todavía modesta en sus dimensiones, la exposición ofreció una serie de conferencias, rondas de negocios, una carrera de drones voladores en la última jornada y premiaciones. TSS recorrió la muestra y relevó algunas de las propuestas más interesantes
Electródomésticos conectados
Dos pymes cordobesas, Geminus-Qhom —especializada en el desarrollo de soluciones informáticas— y Linetec, —dedicada a diseñar y producir sistemas electrónicos para diversos de propósitos—, adelantaron en la muestra su intención de trabajar en conjunto para brindar soluciones de IOT (Internet de las cosas, por sus siglas en inglés) no solo para sus productos, sino para terceros.
Ambas firmas ya tienen una experiencia concreta: han sido las responsables de la tecnología IOT que incorpora el lavarropa inteligente que lanzó el fabricante Alladio (Drean). “Hay muchas empresas que ya tienen el desarrollo de un producto pero necesitan que se pueda conectar”, dijo Ricardo Ruival, gerente general y socio de Geminus-Qhom. La idea de las empresas es ofrecerle una solución llave en mano a cualquier fabricante que desee incorporar IOT a sus productos. De hecho, Linetec ya venía trabajando en un esquema similar con varias empresas de electrodomésticos, a las que les proveía módulos de digitalización que incrementan la funcionalidad de sus productos
Monitor multiplar y desfibrilador de la empresa de electromedicina Feas Electrónica.
Dos empresas especializadas en electromedicina, Feas Electrónica y Leistung, mostraron sus desarrollos recientes. La primera diseña y fabrica desfibriladores bifásicos y monitores multipar configurables de fábrica según las necesidades del cliente, dotados de un electrocardiógrafo, un medidor de presión invasiva y no invasiva, un oxímetro de pulso, un medidor de gasto cardíaco y un capnógrafo (que mide el dióxido de carbono espirado). La empresa produjo más de 500 equipos durante 2015, un año excepcionalmente bueno, según dice Julio Breso, ingeniero y socio del emprendimiento fundado por Jorge Feas y Susana Haas hace 30 años. Actualmente, la firma exporta a Uruguay, Chile y Bolivia.
Leistung diseña y produce equipos de ventilación mecánica para terapia intensiva, anestesia y traslado de pacientes. Actualmente, cuenta con dos fábricas, una en Córdoba y otra en Brasil. Todos sus equipos de tope de gama poseen pantallas táctiles. En el caso de las máquinas de anestesia, miden el caudal respiratorio y pueden monitorear y graficar hasta cinco parámetros. Los equipos de terapia intensiva, entre otras funcionalidades relevantes, “cuentan con un sensor que permite medir flujos de gases muy bajos, lo que mejora la percepción de volúmenes espirados en pacientes neonatales”, dijo Maximiliano Melo, coordinador de posventa de la empresa.
Paracaídas autónomo
El primer premio entre los stands, lo recibió la Universidad Tecnológica Nacional (UTN) Regional Córdoba, que presentó, entre varios dispositivos, una impresora de objetos cilíndricos y cónicos diseñada por Gonzalo Blas, un técnico superior en mecatrónica que elaboró el software y fabricó esta máquina para su trabajo final. El sistema sirve para imprimir leyendas o dibujos en objetos como lapiceras, vasos y jarras mediante la técnica de serigrafía. Para su construcción se valió de elementos de ferretería, insumos de máquinas de control numérico y elementos fabricados especialmente. La impresora también puede controlarse en forma remota y posee un tamaño y prestaciones pensadas para un negocio particular o una pyme, a diferencia de los modelos disponibles en el mercado, que generalmente tienen escala industrial.
El Instituto Universitario Aeronáutico (IUA) de la Fuerza Aérea Argentina (FAA) estuvo presente con el equipo de redes definidas por software y también presentó el desarrollo de un paracaídas autónomo, capaz de transportar cargas por rutas predefinidas sin asistencia de un operador humano. Gastón Borjas y Exequiel Bujedo, de la carrera de Ingeniería en Telecomunicaciones del IUA, explicaron el concepto de las redes definidas por software, una arquitectura que permite centralizar la inteligencia de la red y obtener mayor escalabilidad y menor costo que las redes tradicionales
Proyecto de paracaídas autónomo, capaz de transportar cargas por rutas predefinidas sin asistencia de un operador humano, presentado por el Instituto Universitario Aeronáutico de la Fuerza Aérea Argentina.
Javier Fernández —ingeniero en telecomunicaciones— y Cristian Alberoni —alumno de ingeniería electrónica del IUA— vienen trabajando desde hace tiempo en el proyecto de paracaídas con autopiloto iniciado por el Laboratorio de Aeronáutica de esa institución. Ellos se encargan del sistema electrónico y lógico para la navegación y el control de los servos y actuadores que mueven el correaje del paracaídas. Para esto, emplean como plataforma electrónica la CIAA(Computadora Industrial Abierta Argentina), a la que han incorporado diversos sistemas: un acelerómetro, un girómetro y un magnetómetro; sensores de presión estática y dinámica; GPS; y un sensor de batería (para controlar tensión y corriente). También cuenta con telemetría para la obtención de datos en vuelo, para simulaciones mediante software.
La Facultad de Matemática, Astronomía, Física y Computación (FAMAF) de la Universidad Nacional de Córdoba (UNC) presentó dos proyectos. Uno es parte de la iniciativa UNC++, destinada a enseñar programación a niños, jóvenes y adultos sin conocimientos formales de informática. El proyecto, originalmente apoyado por Google, fue expuesto por Marcos Gómez, licenciado en Computación, y consiste en la programación de pequeños robots para que puedan seguir secuencias de comandos. Martín Becerra, a punto de graduarse de la misma carrera que Gómez, mostró su trabajo de tesis: el desarrollo de unsoftware para rastrear y clasificar expresiones de emociones en Twitter, un tipo de exploración muy usada por quienes hacen marketing en las redes.
Robótica y programación
El Instituto Superior Santo Domingo (ISSD), una institución privada cordobesa con enseñanza desde el nivel primario al terciario técnico, presentó tres dispositivos. En primer lugar, una gran caja de cartón llena de arena iluminada por un proyector suspendido verticalmente junto a un sensor Kinetic. Con la arena, se pueden hacer montículos, planicies o depresiones, y el sensor puede registrar las alturas y el relieve, y transmitir los datos a una computadora que los procesa y ordena al proyector iluminar cada sector según corresponda. El interior de la caja con arena simula un mapa orográfico dinámico, en el que se muestran las depresiones en color celeste (por el agua), en verde (planicies) y en marrón (montañas), y está pensada para enseñar geografía en el ámbito educativo
Alumnos de esa institución también crearon dos robots: una serpiente y un armador del cubo de Rubik. Franco García, docente del ISSD, explicó el sentido de estos dos proyectos: “Trabajamos desde segundo grado con el lenguaje de programación Scratch —que suele ser utilizado para la enseñanza—, y, entre cuarto y sexto grado, se le suma robótica. Arrancamos con kits fáciles de armar, y, con ellos, los chicos aprenden sobre servomotores y sensores: cómo se configuran y para qué sirven”. El cuerpo de la serpiente está armado con piezas de Lego y se mueve dirigida desde una tableta. En sus “ojos” posee sensores ultrasónicos que le permiten detectar a quien se ponga enfrente y lanzar una mordida.
En el nivel secundario, se procura que los alumnos se independicen del equipamiento provisto por un fabricante específico, y así nació el robot armador del cubo de Rubik, dotado de una plataforma giratoria, un brazo de izado y un sensor de luz. Si bien el robot también está construido con piezas de Lego, no usa su software para la programación, sino Java. Para armar el cubo, primero el sensor de luz escanea todas las caras para ver cuál es la posición inicial de cada pieza de color y, posteriormente, elige entre tres posibles formas de armado. En la demostración realizada para TSS, el robot completó las seis caras en 23 movimientos, que tardaron 89 segundos en ejecutarse.
Entre los colegios secundarios técnicos, Francisco Gayón, del Instituto Provincial de Educación Técnica (IPET) N.° 250 Dr. Juan Bialet Masse, desarrolló una manopla para no videntes dotada de sensores de ultrasonido y una alarma vibratoria que le permite a quien la porta detectar objetos en un rango de hasta tres metros. La idea surgió de entrevistas con personas con dificultades de visión, que manifestaban la necesidad de contar con un dispositivo que les permitiera detectar estructuras de vidrio u objetos sobre la línea de la cintura, como los vasos en una mesa.
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