La fuerza terrestre argentina presta especial atención a su componente artillero, principalmente inventariado en base a piezas de 155 mm., remolcadas y a oruga. Estas últimas están compuestas por una veintena de VCA (Vehículo de Combate de Artillería) “Palmaria” –sobre un chasis modificado del TAM (Tanque Argentino Mediano) y unos 24 autopropulsados AMX F3, estos últimos ya cercanos al fin de su vida útil, pues, aunque sus tubos están con mucho potencial todavía, no así sus chasis.
Para el EA (Ejército Argentino) la puesta a punto y mantenimiento de todas las características operacionales del sistema VCA es una prioridad absoluta, ya que su disponibilidad en condiciones óptimas es esencial para el V Cuerpo de Ejército en la lejana Patagonia. La participación de empresas privadas, mas los técnicos de la institución castrense, fue esencial para la mejora de los diversos sistemas del vehículo y torre, en una labor encomiable y cuyo resultado se plasma en un sistema de combate de primera línea en la regióm, sostenido técnicamente por la industria nacional y con la seguridad que operará en toda condición y tiempo.
El desarrollo del autopropulsado italiano fue realizado en los setenta, por lo que su tecnología ya era obsoleta y el mantenimiento de todos los sistemas se complicaba y costaba cada vez más. Las labores contemplaron la remoción de la antigua electrónica, sustituyéndola por elementos modernos que permiten una programación y monitorización, tanto desde el propio blindado, como también con un banco de pruebas.
La exigencia de la fuerza terrestre y los trabajos realizados en la torre Palmaria lograron hacer más eficientes las labores de los tripulantes, obteniendo velocidad y precisión en los movimientos, el seguimiento constante de los subsistemas por todos los tripulantes, mayor rapidez en la preparación de la secuencia de tiro -gracias al sistema auxiliar de carga-, además de modernizar el sistema de carga semiautomática y automática, con lo que se logró poner en el aire cuatro disparos hacia el blanco antes que el primero siquiera llegue al enemigo, y se actualizan las comunicaciones y el sistema de puntería autónomo (SIPAAC) y el de tiro (SATAC)
La adecuación del sistema de control electrohidráulico, el automatismo del giro de la torre; la revisión, ajuste y actualización del circuito de refrigeración de la misma, todo desde el motor auxiliar hacia los intercambiadores de calor; la instalación de un circuito mejorado para la operación en red LAN; la implantación del sistema mecánico auxiliar para la presurización efectiva del circuito hidráulico compensador del mecanismo de elevación del tubo de 155 mm.; y la adaptación de un equipo de visión con mayor campo visual para el conductor fueron algunas de las tareas realizadas por la fuerza y empresas privadas, como ST-Group, que hizo la labor más completa.
Mejorar la torre “Palmaria”
Algunos de los trabajos que se efectuaron en la torre implicaron que se puede hacer la orientación del tubo cañón hacia la dirección de tiro obtenida o recibida desde el sistema de tiro SATAC y desde un vehículo director de tiro VCDT, manteniendo una velocidad máxima de rotación de 24º/seg. Además, en cualquier condición se puede rotar la torre y alinear el tubo a la posición exacta de llenado del cargador de munición de 155 mm., y todo esto perfectamente visualizado en pantalla de control.
El movimiento automatizado de la torre para la puntería del cañón se habilita cuando el jefe de la pieza selecciona el modo de operación, ya sea en automático o semiautomático. Asimismo, también se puede rotar la torre y alinear el arma principal a la exacta ubicación para poner el fijador de marcha, por medio de una opción que puede verse en la pantalla de control. Se han mejorado notablemente los elementos para la operación en red LAN, lo que permite intercambiar información con el sistema de tiro SATAC por medio de la transmisión y recepción segura de datos
Además, se puede establecer y mantener una conexión permanente y segura a la distancia solicitada, pese a que no hubiese observación visual entre las antenas de los puestos directores de tiro y las propias piezas de artillería. Se puede visualizar en la pantalla de control toda la información de órdenes y datos de disparo en cada torre en tiempo real y con seguridad. También se añade un dispositivo mecánico para la presurización del circuito hidráulico compensador en el sistema de elevación de la pieza artillera, pudiendo operar todo desde un tablero de control unitario del sistema de control de la torre Palmaria, cambiando los soportes y cubiertas que impiden accidentes durante la operación del vehículo en si o de la pieza de 155 mm.
De mas esta decir que todas las mejoras producidas en la torre y el vehículo en sí están reflejadas en sendos manuales técnicos, con la completa transferencia tecnológica, lo que permite al EA no solo operar y mantener todos los conjuntos, componentes y partes existentes y las nuevas, sino que permitirá actualizaciones futuras para adecuarse a las necesidades y requerimientos de la Institución.
Está claro que los trabajos de actualización se efectúan en vehículos que pasan una revisión de máximo escalón, en las instalaciones de los arsenales estatales de Boulogne, en la antigua fábrica de carros de combate TAMSE-. Allí, todos los autopropulsados y los vehículos de puesto de mando y los vehículos directores de tiro son sometidos a una revisión completa de sus chasis, propulsores, motores auxiliares, sistema de tren de rodamiento y orugas, etc., con lo que se obtienen vehículos en óptimo estado ya listos para la modernización.
Como hemos mencionado en varias oportunidades, la fuerza terrestre busca siempre la independencia tecnológica que le permita la óptima utilización de sus escasos medios. Duras experiencias reales motivan esta línea de acción, pues solo el conocimiento y la capacidad en todos los escalones de operación y mantenimiento lograrán que los sistemas funcionen pese a todas las restricciones y embargos, que sin lugar a dudas comenzarán apenas se haga el primer disparo real en combate.
La fuerza dispone de una enorme cantidad de munición almacenada en sus polvorines, provenientes de otra época en la cual la producción nacional era enorme. La desmilitarización de esos proyectiles y su posterior disposición o utilización es prioritaria por razones de seguridad, incluso para mantener los niveles de munición en los depósitos. La empresa estatal Fabricaciones Militares dispone de un práctico sistema móvil de desmilitarización, que permite efectuar la tarea in situ en las propias unidades militares, sin necesidad de movilizar toneladas de municiones vencidas hasta un centro fabril.
Asimismo, la institución está buscando un reemplazo para el sistema AMX F3, que pronto saldrá de servicio.
Más allá de ofertas que han llegado o un proyecto de utilizar los tubos de 155 mm. de las piezas francesas sobre camiones de origen nacional, una de las opciones más lógicas es la adquisición de autopropulsados M-109A5, ya ofrecidos por Estados Unidos mediante el programa FMS (Foreign Military Sales) de ventas militares al exterior, lo que permitiría renovar la artillería de los grupos de apoyo blindados.
- Fotografía: De gran calidad y capacidad el VCA es una formidable pieza artillera aunque escasa en numero.
- La artilleria autopropulsada es vital en el poder de fuego del pais
Luis Piñeiro
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