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sábado, 29 de octubre de 2016

Mantenimiento de vehículos de combate de artillería Palmaria 155mm TAMSE en el Batallón de Arsenales 602

Acerca de la recuperación de las capacidades, en el Batallón de Arsenales 602, se trabajó con vehículos de combate de artillería 155mm TAMSE.

Durante la actividad, se les realizó el mantenimiento a cuatro vehículos del (Grupo de Artillería Blindado 11 (Comandante Luis Piedrabuena , Santa Cruz) y uno del (Grupo de Artillería Blindado 9 (Sarmiento, Chubut), para recuperar su sistema hidráulico y electrónico.

Una vez finalizada esta etapa, los vehículos partirán desde Boulogne Sur Mer para ser evaluados y ejecutar tiro en la localidad de Comandante Luis Piedrabuena


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Drones de buena madera

Investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología de la Universidad Nacional de Tucumán utilizan madera de bambú para la fabricación de drones con aplicaciones como el monitoreo de cultivos.

Por Matías Alonso

Agencia TSSInvestigadores del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la Facultad de Ciencias Exactas y Tecnología (FACET) de la Universidad Nacional de Tucumán (UNT) comenzaron a emplear madera de bambú en la fabricación de drones. El proyecto surgió a partir de la dificultad que tenían para importar ciertos componentes estructurales de los drones con los que trabajaban, que en ocasiones se rompían durante las pruebas. La abundancia de esta madera en el noroeste argentino los llevó a buscar formas de utilizarla para construir drones con bambú, de los que ya tienen varios prototipos.

La madera de bambú se caracteriza por su rigidez, maleabilidad y bajo peso. Por lo tanto, puede ser un reemplazo ideal de las estructuras de fibra de carbono y plástico que suelen ser utilizadas en la fabricación de drones. Así, ante la rotura de alguna de las partes, el reemplazo se puede hacer en pocas horas utilizando materia prima local. Pero también comenzaron a fabricar esas estructuras desde cero.

El equipo liderado por Gustavo Juárez, director del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la FACET y responsable del proyecto, se especializa en el desarrollo de algoritmos que son programados en la placa controladora de vuelo de los drones. Pero también allí se construyen prototipos con diferentes tamaños y modos de construcción. El más grande, de unos dos kilos de peso sin la electrónica, se hizo uniendo cañas de bambú en forma transversal y uniendo las partes con cola plástica. En otros se unieron varias cañas formando un cuadro similar a una escalera con tornillos. El tercer prototipo –el más resistente y con un peso menor a medio kilo– tiene forma de cruz y las cañas tienen una media caladura en el medio, lo que permite que estén sostenidas por el mismo tornillo al que está fijado la electrónica. “Estamos usando las maderas completas, solamente cortadas en los extremos y respetando los nudos, porque los nudos son las partes que más fuerza le dan a la estructura”, explica Juárez.

“Estamos usando las maderas completas, solamente cortadas en los extremos y respetando los nudos, porque los nudos son las partes que más fuerza le dan a la estructura”, explica Juárez.

Los investigadores de la FACET utilizan los drones con diversos objetivos. Uno de los proyectos que llevan a cabo se orienta a dar asistencia a comunidades indígenas que crían ganado libre en el campo. Muchas veces los animales se pierden y el uso de drones con cámaras térmicas ayuda a encontrarlos. Además, estas comunidades trabajan con la Fundación Miguel Lillo en un proyecto de seguimiento y trazabilidad de vicuñas, a las que se les colocaría identificadores que permitirían ubicarlas a través del uso de drones y así conocer sus patrones de actividad.

Otra aplicación de los drones es el monitoreo de cultivos en aspectos como humedad del suelo y control de plagas. El proyecto se desarrolla en conjunto con la Estación Experimental Obispo Colombres (EEAOC) en el marco de un Proyecto de Desarrollo Tecnológico y Social (PDTS) del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva (MINCYT), que trabaja con pequeños y medianos productores de arándanos, frutillas y hortalizas de Tucumán.

Juárez, director del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la FACET, explicó a TSS: “Hemos hecho una estimación de que el uso de drones podría mejorar el rinde de los agricultores entre un 5 y un 7 % con tres a cuatro vuelos en la etapa de crecimiento de la planta. Si hacemos la estimación de que el costo estimativo de esos vuelos sería de 2 % de la producción, daría una diferencia de un 5 % de mejora en su rentabilidad”. El objetivo es que la Universidad pueda asesorar a los productores que usen estos sistemas.

La madera de bambú se caracteriza por su rigidez, maleabilidad y bajo peso. Por lo tanto, puede ser un reemplazo ideal de las estructuras de fibra de carbono y plástico que suelen ser utilizadas en la fabricación de drones.

El grupo de Juárez comparte información con otras instituciones para mejorar tanto el software como los componentes que utilizan, que adquieren por separado e integran ellos mismos. El año pasado adquirieron placas de Arduino Pilot –plaquetas de hardware libre para el pilotaje de drones– y el próximo año planean usar plaquetas Arduino 1, con el objetivo de utilizar placas de mayor simplicidad y poder sumar giróscopos, barómetros y magnetómetros propios.

La electrónica que usan los drones del Laboratorio de Inteligencia Artificial de la FACET se desarrolla en conjunto con el equipo de Ladislao Mathe, del Grupo de Robótica y Sistemas Integrados de la Universidad Nacional de Córdoba, y con el equipo de Juan Giribet, de la Facultad de Ingeniería de la Universidad de Buenos Aires.

El proyecto se inició con el uso de cuadrocópteros por su facilidad de operación, pero el próximo paso del equipo de la FACET es desarrollar un dron de ala fija –también conocidos como ala volante–, ya que los consideran más apropiados para la agricultura de precisión y se adaptarían mejor a la geografía tucumana, que presenta cerros al oeste de casi toda la provincia con una corriente de aire caliente ascendente que permite ahorrar mucha energía en los rotores mediante el planeo. Recorriendo esta cadena montañosa se pueden atravesar casi 100 de los 150 kilómetros que tiene Tucumán de sur a norte, zona en la que se concentran los productores de la EEAOC que trabajan con el equipo de Juárez.


http://www.unsam.edu.ar

Arribo de Aviones TECNAM a la Escuela de Aviación Militar

El 20 de Octubre del corriente año arribaron a la E.A.M. las primeras 2 aeronaves TECNAM 2000 JF SIERRA que pasarán a formar parte del Grupo Aéreo Escuela. 

Estas aeronaves monomotor son de origen italiano y fueron ensambladas en la provincia de Mendoza. Están destinadas a la función de Entrenador Básico, que constituyen el primer escalón en la formación de los pilotos del Curso Básico Conjunto de Aviadores Militares (CBCAM). 


Los TECNAM son aviones biplaza de ala baja y cuentan con un motor alternativo de 115 caballos de potencia, pudiendo alcanzar una velocidad de 250 kilómetros por hora, lo que les permite despegar en pistas de apenas 200 metros de longitud y volar hasta 1178 kilómetros de distancia sin necesidad de detenerse para repostar. 

En el recibimiento estuvieron presentes el Director de la Escuela de Aviación Militar, Brigadier D. Raúl Ricardo MALDONADO; el Subdirector del Instituto, Comodoro Mayor D. José María ACTIS, los Jefes de Grupo, Oficiales Instructores y personal perteneciente al Grupo Aéreo Escuela.

http://www.eam.iua.edu.ar

El Ejército argentino se ejercita en el extremo clima de la Patagonia

Las extremas condiciones climáticas de la Patagonia pusieron duramente a prueba las capacidades de las unidades de exploración del Ejército Argentino. 


Vientos constantes casi huracanados, temperaturas bajo cero y un ambiente operacional extremo, fueron el escenario en que se desarrollaron las maniobras operativas del Escuadrón de Exploración de Caballería Blindado 11, cuya base está en la localidad de Rospentek, en la provincia de Santa Cruz, siendo la unidad militar del Ejército Argentino más lejana y aislada del país.

El rigor climático puso a prueba la tarea del personal interviniente y la capacidad de su material. La necesidad de obtener comunicaciones seguras a gran distancia para proveer la información necesaria a los estamentos de decisión, implicó la instalación de sistemas seguros de comunicación y enlace en extremas condiciones operacionales, así como la obtención de información confiable obligó a que los grupos en el terreno se adentraran en la profundidad del dispositivo del supuesto enemigo para recolectar la información de inteligencia táctica requerida. Las imágenes que acompañan esta noticia son la mejor muestra de las condiciones operacionales vividas durante esta maniobra de las unidades patagónicas. (Luis Piñeiro)