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Eliminada por la mayoría de los países de Europa tras el fin de la Guerra Fría, la conscripción obligatoria está reapareciendo en el continente y pronto decenas de miles de jóvenes podrían ser llamados para alistarse en sus ejércitos nacionales.
Y es que debido a la creciente incertidumbre geopolítica tras la anexión de Crimea a Rusia, varios países decidieron reconsiderar su capacidad de defensa civil.
Además, a raíz de ataques terroristas domésticos y el aumento de las políticas antagonistas de la extrema derecha, se han reavivado las discusiones sobre asuntos de cohesión nacional e identidad.
Alemania, Francia, Polonia y Suecia están entre los países donde se está debatiendo la reintroducción del servicio nacional obligatorio de algún tipo, ya sea militar o civil.
Ucrania y Lituania ya promulgaron leyes para formalizar el reclutamiento obligatorio y Noruega, que al igual que Finlandia ha mantenido la conscripción, extendió la obligatoriedad a las mujeres.
Debido a la resurgencia de Rusia sobre las fronteras de Europa, muchos países están repensando sus estrategias sobre conscripción y defensa nacional", señala Elizabeth Quintana, directora de ciencia militar en el Royal United Services Institute (RUSI, por sus siglas en inglés), un centro de estudios británico.
Incertidumbre
Sin embargo, la conscripción también está de moda por otros motivos, apunta Daniel Keohane, investigador jefe del Centro para Estudios de Seguridad de la Escuela Politécnica Federal de Zúrich (ETH, por sus siglas en inglés).
En Medio Oriente, los Emiratos Árabes Unidos (EAU) y Kuwait comenzaron a reclutar jóvenes en el último año.
De población pequeña, los EAU quieren impulsar sus defensas ante la creciente incertidumbre regional en países como Yemen y Siria.
Sin embargo, la conscripción también busca promocionar un sentido más fuerte de nacionalidad para el joven país.
Como en la mayoría de países, en los EAU los jóvenes pueden quedar exentos si tienen ciertas condiciones médicas como diabetes o epilepsia, o incluso pies planos
También si son los únicos sustentos de la familia.
Sin embargo puede haber una ventaja al hacer el servicio. La ley de los EAU señala que se debe guardar el puesto de trabajo a quienes tengan empleo en el momento de ser reclutados.
Y cuando lo terminan tienen la prioridad de recibir ascensos.
Para los reclutas eso puede ayudar a aliviar el golpe de tener que suspender sus ambiciones profesionales por el bien de la patria.
Subir de rango
Y ciertamente hacer el servicio militar puede significar un impulso para la vida profesional, indica Victoria Bethlehem, directiva del Grupo Adecco, gigante global de Recursos Humanos.
"Los candidatos aprenden habilidades útiles y ganan experiencias valiosas que pueden trasladar a sus carreras y vidas laborales", señala.
Es la actitud que asumió el londinense David Hubbard, quien podría haber usado su doble nacionalidad y sus planes de estudio para no hacer el servicio nacional finlandés.
Hubbard decidió aprovecharlo pensando que sería un "tema de conversación" y lo ayudaría a sobresalir al postularse para empleos después de la universidad.
"En general ha sido una experiencia extraordinaria", dice el joven de 19 años.
"Al principio fue complicado, hablaba muy poco finlandés y no siempre entendía lo que sucedía, pero se fue poniendo más fácil y, sin duda, he aprendido a enfrentar situaciones difíciles de una mejor manera".
Pago por excepción
En otros países la conscripción es menos agradable y muchos jóvenes -y sus familias- hacen todo lo que esté a su alcance para evitarla.
A los jóvenes rusos se les exige un servicio de 12 meses en el ejército. Aunque no hay cifras oficiales se cree que alrededor de la mitad de los elegidos lo evitan pagando sobornos o prolongando sus estudios universitarios.
"La corrupción es extendida en Rusia y pagarle a alguien para no hacerlo es muy común y socialmente aceptado", indica un analista del Servicio de Investigación del Parlamento Europeo que pidió no ser identificado.
Obstante, debido a la actual presencia militar de Rusia en Siria y a lo largo de sus propias fronteras nacionales, hay nuevas medidas para combatir la evasión y mejorar la imagen del ejército con el fin de atraer más reclutas.
En Turquía todos los jóvenes, aparte de los exceptuados por temas de salud o por ser el único sostén para sus familias, deben hacer el servicio militar.
Sin embargo, con dinero hay formas de eludirlo. Además del floreciente negocio para los doctores que expiden certificados médicos falsos, el gobierno permite, en ocasiones, que los hombres paguen por amnistías temporales.
Para los turcos que han estado viviendo, trabajando o estudiando fuera del país por más de tres años hay una opción de pagar US$1.096 para una exención total.
Para quienes están dentro de Turquía la cifra es de hasta US$5.813, lo suficientemente elevada para contraer una deuda a largo plazo.
Tampoco hay excepción para los objetores de consciencia. Ugur Bilkay se declaró como tal y no quiso pagar, así que tomó una acción más drástica.
Se fue de Estambul cuando tenía 20 años y viajó por seis países europeos, antes de recibir el estatus de refugiado en Italia.
De la parte kurda de Turquía, Bilkay dice que fue expuesto a la violencia del ejército nacional y decidió, a una temprana edad, que no haría el servicio militar.
No ha sido fácil para él. Desde que se fue del país, su padre murió y no ha podido ver a su madre, que está enferma.
La mayoría de iraníes también evitan la conscripción viviendo fuera del país, dice Potkin Azarmehr, un comentarista de asuntos iraníes que vive en Reino Unido.
Otros pagan para eludirlo, aunque la cifra varía constantemente y es difícil obtener información clara sobre el tema. "Es muy clasista. Los que tienen dinero pueden salir y regresar, y pagar. Los que no pueden tienen que quedarse y hacer su servicio", señala Potkin.
Otros, dice, eligen enfoques más novedosos. "Sé de un tipo que quería eludirlo tanto que tomó tabletas para aumentar su apetito y ganar peso. En ese momento tener sobrepeso era motivo de excepción. Funcionó para él, pero no ha podido perder los kilos de más".
Y agrega: "Otro se declaró como analfabeto. Hoy es un empresario exitoso, pero cuando revisan sus papeles quedó registrado que no hizo el servicio por no saber leer ni escribir y es algo que le causa mucha vergüenza "