Se trata del Cormorán. Era un ejercicio combinado que iba a hacerse en la base Almirante Zar de Trelew, entre septiembre y octubre. No pudo pasar el trámite legislativo
El plan de que en la nueva etapa política, la Argentina reactive también la cooperación militar con otros países viene chocando contra un gran escollo: el Congreso de la Nación, donde la alianza de Cambiemos no tiene mayoría y enfrenta la resistencia kirchnerista.
Sin embargo, esta y otra circunstancia política hicieron caer un ejercicio combinado que se iba a hacer con los EE.UU. en la Patagonia, como parte de las nuevas medidas de confianza mutua que buscan fortalecer la cooperación internacional y encontrar misiones subsidiarias de las fuerza armadas.
Según supo Clarín, el Pentágono ya informó al Ministerio de Defensa que el Ejercicio Cormorán, que se iba a hacer entre septiembre y octubre entre fuerzas de los dos países en la base Almirante Irizar, de Trelew, no podrá hacerse porque se vencieron los plazos acordados. En este iban a participar una aeronave P-3B Orion perteneciente al COAN (Comando de la Aviación Naval), con asiento en la citada base, y dos aeronaves P-3C Orion estadounidenses. No era un ejercicio costoso. Se iban a destinar 90.000 pesos que iba a pagar la Armada, y no requería de inmunidad para las tropas de EE.UU
"En los hechos, no estuvimos a la altura de las circunstancias. Se presentó sobre la hora y faltó gestión legislativa por parte del Ministerio de Defensa", reconoció el legislador de Cambiemos Gastón Roma, miembro de la Comisión de Defensa de Diputados, donde otros diputados que pidieron reserva confiaron una saga muy propia de la grieta política argentina.
Contaron que Defensa envió tarde el proyecto al Congreso, por escaso conocimiento de los tiempos legislativos de los cuadros técnicos de la Cartera, y constantes evaluaciones de los costos que jugaron al final en contra. Y después, explotó un duelo personal entre el nuevo ministro de Defensa Oscar Aguad y Nilda Garré, actual presidente de la Comisión de Defensa de Diputados.
Garré, que estuvo al frente de dicho Ministerio en la última etapa del gobierno de Néstor Kirchner y del primero de Cristina Kirchner, le pidió a Aguad visitar el reparado buque Almirante Irizar antes de su partida a la Antártida, con un grupo de legisladores del Frente para la Victoria, a lo que el ministro le dijo que "no". Tanto en el radicalismo como el PRO legislativo veían con normalidad el pedido de Garré que se ajustaba a todas las formas, y tenía sentido en materia de política de Estado. Consideraron a su vez inexplicable la respuesta de Aguad a la diputada kirchnerista, que tuvo un rol personal en la decisión de reparar el rompehielos, cuando se incendió bajo su gestión en 2007. Aunque hubo una suerte de "mediación" entre ambos, y habría acuerdos para avanzar hacia adelante, la venganza no tardaría.
El kirchnerismo en realidad ha trabado varios ejercicios militares que tiene en cartera por delante. Es una situación que los países vecinos miran con desconcierto, puesto que el argumento de la negativa es que los ejercicios presuntamente violan la soberanía, la seguridad interior. Argumentos de índole ideológica, como los que primaron en la gestión de Cristina Kirchner.
Hay dos proyectos ingresados al Congreso. Uno es un "paquete" que fue aprobado ya por el Senado pero que en Diputados obtuvieron dictamen de mayoría y otro de minoría de las Comisiones de Defensa y Exteriores de Diputados, pero siguen trabados.
Son ejercicios como el Panamax (antiterrorista, en el Canal de Panamá); el Bold Aligator (que es para asistencia ante desastres naturales y participan fuerzas de numerosos países, como Reino Unido, Canadá, EE.UU. España); el Teamwork South (que se hace en Chile con Gran Bretaña y Estados Unidos para operaciones de interceptación y captura de buques mercantes) y el Gringo Gaucho (el único de carácter bilateral planteado con un país no fronterizo e Involucra la participación de numerosos efectivos estadounidenses en el mar argentino).
Entre tanto, después llegó la invitación al Cormorán que salió sin problemas del Senado y al entrar en Diputados, lo frenó por un lado Garré en la Comisión Defensa. Y aunque la presidente de Exteriores Cornelia Schmidt Liermann (Cambiemos) intentó sacarlo junto a los legisladores del Frente Renovador -que no se opone a estos ejercicios- el diputado kirchnerista Guillermo Carmona lo trabó.