Chris Clarke y Manuel Ángel Méndez
Por aquí os hemos hablado ya del avión militar V-22 Osprey. Es uno de los más singulares en aviación, un convertiplano, una aeronave de rotores basculantes capaz de aterrizar y despegar verticalmente. Verlo de noche en pleno repostaje y a través de gafas de visión nocturna es como adentrarse en un videojuego.
Las luces que ves en las aspas tienen una explicación. No se producen por el conocido efecto de Kopp-Etchells, como en esta foto o esta otra, en la que los destellos surgen por el choque de las partículas del aire con el refuerzo metálico de las aspas. En este caso es mucho más sencillo: los extremos de las aspas van equipados con pequeñas luces LED de posicionamiento para indicar a los pilotos dónde empiezan realmente las aspas - y dónde no deben acercarse. Están diseñadas para identificarse a la perfección con gafas de visión nocturna, como en la imagen de arriba, y el piloto puede de hecho ajustar su intensidad.
Estas luces son críticas, por ejemplo, en maniobras de repostaje nocturno en pleno vuelo. En estas ocasiones, la intensidad de las luces no es muy alta, pero lo suficiente para que los pilotos y operarios de los aviones de repostaje las vean sin problema. Puedes ver la maniobra en el vídeo debajo, captada durante un reciente ejercicio de entrenamiento de las fuerzas aéreas estadounidenses.
Si fotografiásemos un Osprey en plena noche y con una toma en larga exposición, obtendríamos imágenes tan espectaculares como esta
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