U238 - Hace dos años, el 8 de febrero de 2014, Argentina a través de la Comisión Nacional de Energía Atómica (CNEA) iniciaba formalmente la obra civil del Carem 25, convirtiéndose así en el primer país del mundo en comenzar la construcción de un reactor compacto de baja potencia, pensado para fabricar en serie y satisfacer las necesidades energéticas de pequeñas poblaciones.
Este primer prototipo de reactor de potencia de diseño 100% nacional se está construyendo en la localidad bonaerense de Lima, adyacente al predio de las centrales nucleares Juan Domingo Perón y Néstor Kirchner (ex Atucha I y II).
Se trata de un reactor compacto de tipo PWR (de agua presurizada) de “Generación III+”, que pertenece a la incipiente familia de los Small and Medium Reactors (SMR, o sea reactores pequeños y medianos). A diferencia de las centrales nucleares convencionales, se caracteriza por tener integrados en un mismo recipiente de presión al circuito primario, los generadores de vapor (parte del circuito secundario) y los mecanismos de control.
Además, cuenta con sistemas de seguridad pasivos, lo que significa que no dependen de alimentación eléctrica externa para accionarse. Utiliza agua liviana como refrigerante/moderador y uranio levemente enriquecido en su combustible (en porcentajes de 1,8% y 3,1%).
Los orígenes del Carem se remontan a la década del 80, cuando fue concebido como la Central Argentina de Elementos Modulares (de allí su nombre). La CNEA lo presento oficialmente en 1984, en Lima, Perú, durante una reunión del Organismo Internacional de Energía Atómica (OIEA).
En sus primeros años, el rector tuvo varios avances a nivel conceptual, en la ingeniería e, incluso en el proyecto en sí mismo. Sin embargo, en los años siguientes los sucesivos recortes presupuestarios y un cambio en la política amenazaron el futuro del reactor.
Con el relanzamiento de Plan Nuclear en 2006, el Carem se puso en marcha nuevamente y su construcción fue declarada de interés nacional. En 2013 se firmaron los contratos con Nucleoeléctrica Argentina (NA-SA) para el inicio de la obra y con la empresa mendocina IMPSA para la provisión del Recipiente de Presión. El comienzo oficial de la obra civil del edificio del reactor fue en 2014, con el inicio de la primera etapa de hormigonado estructural.
También se han generado importantes progresos en el resto de las ingenierías ligadas a la operación del Carem, principalmente aquellas referidas a los sistemas de seguridad, la ingeniería de procesos, el layout de planta, la ingeniería eléctrica, entre otras.
En forma paralela, comenzó la última etapa del proceso de Licitación Pública para la contratación del diseño y construcción de todas las instalaciones, equipos y sistemas que conforman el Balance de Planta (BOP) del reactor. La empresa acreedora deberá entregar bajo la modalidad “llave en mano” toda la isla convencional y el circuito terciario del prototipo, además de la planta de desmineralización y la caldera auxiliar.
Recientemente, se completó además el exigente proceso de certificación ASME (American Society of Mechanical Engineers) de las Especificaciones Técnicas del Recipiente de Presión del reactor Carem 25, lo que constituye un hito fundamental en su construcción.
Uno de los principales objetivos de la obra del Carem es priorizar todos los productos y servicios vinculados al proyecto que puedan ser fabricados o brindados en Argentina por empresas nacionales. Esto abarca componentes físicos del reactor y de la planta, así como también toda una serie de servicios vinculados a la fabricación y a la gestión del proyecto desde una perspectiva general (ingenierías, consultorías, etc.).En este sentido, se calcula que aproximadamente un 70% del total del reactor será fabricado en la Argentina.
De acuerdo con los tiempos establecidos por el cronograma del proyecto, se espera alcanzar la primera criticidad del reactor para el segundo semestre del año 2018.
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