Junto con su objetivo de impulsar la industria aeronáutica a nivel nacional y proyectarla internacionalmente, una de las funciones centrales de FAdeA desde su renacionalización en 2009 es fomentar el desarrollo local de proveedores para crear puestos de trabajo calificados, sustituir importaciones y crear masa crítica en una actividad de muy alto valor agregado, dándole proyección internacional a muchas pequeñas y medianas empresas de base tecnológica y fortaleciendo la autonomía y la soberanía nacional.
El diseño y desarrollo del avión de entrenamiento elemental IA-100 es un claro ejemplo de integración horizontal de PyMEs tecnológicas locales bajo la guía y coordinación de FAdeA. Para el armado del primer prototipo del IA-100 en sólo doce meses (a partir de diciembre de 2014 en que se inició el proyecto) fue necesario distribuir el trabajo entre diferentes actores con las herramientas y el know how adecuados, en sintonía con las nuevas tendencias en la industria aeronáutica mundial.
En esta integración, la empresa metalmecánica cordobesa Prodismo, especializada en robótica, modelos y utillajes que moviliza, a su vez, a su propia red de proveedores, construyó los modelos físicos de las alas y el fuselaje del nuevo avión, diseñados por los ingenieros de FAdeA. Los modelos de las las fueron enviados a PlaneARG (Santa Fe), especializada en materiales compuestos, que fabrica las matrices para producirlas en serie y diseñará otras piezas de la aeronave.
El tren de aterrizaje con su sistema de frenos y la bancada de motor están a cargo de Aeropac, empresa metalmecánica ubicada en Las Heras (Mendoza); AyD Aviación, de Santa Fe, diseña los comandos de vuelo y sistemas de combustible, mientras que la aviónica, que integra sistemas eléctricos, mecánicos y electrónicos, está siendo desarrollada por la compañía tandilense Redimec.
Sampaolesi Plastic (Santa Fe), Cocciarella (Córdoba), BAaer (Entre Ríos), VDS (Buenos Aires), Temet (Salta), y las cordobesas CCA, DTA y Nostromo son otras de las integrantes de esta red con la que se ha buscado que esta semilla de una nueva industria aeronáutica integrada se extienda geográficamente a lo largo y a lo ancho de todo el país.
Este posicionamiento de FAdeA como motor de un sector industrial de muy alto valor agregado es fruto de una inversión total de más de 70 millones de dólares por parte del Estado argentino desde 2009. La planta recuperó así el rol histórico de aquella primera Fábrica Militar de Aviones fundada en 1927 por el Ing. Francisco de Arteaga, en el predio de más de 200 hectáreas que en su momento supo albergar al Área Material Córdoba, donde se concentraron bajo la égida estatal una serie de empresas –IAME, DINFIA, IME– que a partir de los conocimientos y la tecnología necesarios para construir aviones sembraron, entre otras, la semilla de la industria automotriz argentina.
Muchas otras empresas de capitales nacionales participan en diferentes formas de asociación estratégica con FAdeA. La empresa cordobesa de software Volartec diseñó una versión especial de su software de gestión de horas de vuelo para los aviones Grob 120 TP-A que FAdeA alquila a la Escuela de Aviación Militar para entrenamiento de los pilotos de la Fuerza Aérea Argentina. Otras, como DTA y VDS, participan como proveedoras de soluciones tecnológicas para la remodelación de los aviones IA-63 Pampa II, y para la línea de producción en serie del Pampa III, cuyo primer prototipo estará volando este año.
“La tendencia indicaría que ante un componente de un avión que ha quedado obsoleto, se debe reemplazar por otro promovido o sugerido por el mismo fabricante, pero cuando ese componente no existe más, puede ser una oportunidad para que la industria local ocupe ese lugar. Y esto ya no es un proceso difícil, ni de riesgo, pues las empresas argentinas han demostrado repetidas veces su capacidad de innovar y producir en muchas áreas tecnológica”, resalta el gerente general de FAdeA, Ing. Tulio Calderón.
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