Alepo:En pleno colapso de los hospitales, más de 300 niños han muerto o han resultado heridos en los últimos cinco días en los bombardeos de la aviación siria y rusa sobre el Este de Alepo.
Ya ni siquiera "están seguros ni en sótanos ni en refugios subterráneos por el uso de las bombas antibúnker". La denuncia parte de Save the Children, que asegura que más de 300 niños han muerto o han resultado heridos en los últimos cinco días en los bombardeos de la aviación siria y rusa sobre el Este de la ciudad de Alepo, en manos de milicias opositoras al régimen de Bashar al Assad y grupos islamistas. La ONG advierte que estos nuevos misiles han acabado con la seguridad que proporcionaban los colegios instalados bajo tierra, algo habitual en la que fue la capital económica de Siria.
"Con tan solo escuchar el sonido de éstas bombas se genera un estado de pánico y de terror inimaginable. Las bombas antibúnker tienen tal capacidad de destrucción que pueden destruir refugios subterráneos y sótanos. Consiguen destruir los edificios por completo", explica Omar, director de una de las 13 escuelas a las que apoya Save the Children. Los proyectiles de los que habla Omar están diseñados para destruir instalaciones militares ocultas bajo tierra: perforan el terreno para detonarse a cuatro o cinco metros de profundidad.
La gran ofensiva del régimen de Bashar al Assad sobre el Este de Alepo, apoyada por ataques aéreos de una intensidad desconocida hasta la fecha, ha causado 846 heridos en medio del colapso del sistema sanitario de la urbe, según informó este viernes la Organización Mundial de la Salud (OMS). "Hasta hace poco había ocho hospitales que funcionaban en Alepo, ninguno de ellos a su capacidad total, pero en los últimos días los dos hospitales más grandes fueron atacados deliberadamente, lo que ha reducido fuertemente la capacidad de los sanitarios", ha declarado el director de Emergencias de la OMS, Rick Brennam.
Brennam confirmó que ahora quedan "menos de treinta médicos" en el sector oriental de Alepo, quienes siguen atendiendo a las víctimas "a pesar del tremendo agotamiento físico y emocional que sufren... el trabajo que están haciendo va más allá del heroísmo".
La organización, que conoce en detalle la situación en el sector Este de Alepo a través de personal médico que sigue trabajando y de ONG locales, asegura que, desde la intensificación de los bombardeos en las últimas dos semanas, han muerto 338 personas, incluyendo 106 menores. "Tenemos cuatro demandas: que se detengan los asesinatos, que paren los ataques contra centros sanitarios, que se permita la evacuación de los enfermos y heridos y que se deje entrar la ayuda", resume Brennam. "Llevo trabajando 23 años en asistencia humanitaria, he estado en zonas de conflicto en cuatro continentes, pero raramente he visto condiciones tan graves como la del este de Alepo. Esto va más allá de lo imaginable", asegura el especialista.
Brennam describe una situación en la que civiles y niños deben ser atendidos sobre el suelo, en medio de los corredores de los pocos hospitales que siguen funcionando. "Cuatro niños han muerto en los últimos días porque la unidad de cuidados intensivos estaba llena", lamentó.
Brennam describe una situación en la que civiles y niños deben ser atendidos sobre el suelo, en medio de los corredores de los pocos hospitales que siguen funcionando. "Cuatro niños han muerto en los últimos días porque la unidad de cuidados intensivos estaba llena", lamentó.
"Rusia quiere tener la sartén por el mango"
La cruenta ofensiva sobre Alepo coincide con el primer año de la intervención militar rusa en Siria. Moscú inició sus operaciones el 30 de septiembre de 2015 con el objetivo declarado de bombardear al Estado Islámico y otros "grupos terroristas", como el antiguo Frente al Nusra (ahora Jabhat Fatah al Sham, Frente de la Conquista de la Siria histórica). Para el régimen de Al Assad, no obstante, cualquier grupo opositor entra en la categoría de "terrorista".
'El movimiento de Rusia encaja en un intento de llegar a algún tipo de acuerdo con EEUU referente a grupos rebeldes. Moscú quiere que se centren exclusivamente en luchar contra ISIS y no en combatir a Al Assad'
Más de 9.300 personas han muerto desde que Rusia se metió de lleno en el paradigma de la "proxy war" (una guerra donde las potencias actúan a través de terceros actores) para salvar al régimen de Al Assad, según un recuento del Observatorio Sirio de Derechos Humanos, grupo opositor con sede en Londres. En los ataques aéreos de la aviación rusa han perdido la vida 3.804 civiles (906 niños y 561 mujeres). Las bombas rusas tambiénhan matado a 2.746 milicianos del Estado Islámico y a otros 2.814 combatientes de diversas facciones islamistas, como la mencionada Jabhat Fatah al Sham, y combatientes árabes y extranjeros.
La pregunta clave es qué meta persigue Moscú con la actual ofensiva. "El movimiento de Rusia encaja en un intento de llegar a algún tipo de acuerdo con EEUU referente a grupos rebeldes. Moscú quiere que se centren exclusivamente en luchar contra ISIS y no en combatir a Al Assad. También se puede entender como una señal de que su apoyo al régimen (de Al Assad) tiene que venir equilibrado con el fortalecimiento de una oposición rebelde con la que se pueda negociar; de hecho, se trata de cooptar grupos rebeldes, dejarlos fuera de la influencia estadounidense y acercarlos a una posición de negociación con el regimen. Considero que el plan de Rusia no consiste en 'Al Assad o nada', sino en que el regimen -y por tanto, la misma Rusia- tenga la sartén por el mango en un escenario de negociaciones post-guerra. Esto pasa por dominar a los grupos rebeldes en el campo de batalla y por convencer a determindos grupos para que formen parte de un escenario transitorio", explica a este diario Gabirle Garroum, politólogo experto en el Estado Islámico y doctorado en el Departamento de Estudios de Guerra del King's College de Londres.
La pregunta clave es qué meta persigue Moscú con la actual ofensiva. "El movimiento de Rusia encaja en un intento de llegar a algún tipo de acuerdo con EEUU referente a grupos rebeldes. Moscú quiere que se centren exclusivamente en luchar contra ISIS y no en combatir a Al Assad. También se puede entender como una señal de que su apoyo al régimen (de Al Assad) tiene que venir equilibrado con el fortalecimiento de una oposición rebelde con la que se pueda negociar; de hecho, se trata de cooptar grupos rebeldes, dejarlos fuera de la influencia estadounidense y acercarlos a una posición de negociación con el regimen. Considero que el plan de Rusia no consiste en 'Al Assad o nada', sino en que el regimen -y por tanto, la misma Rusia- tenga la sartén por el mango en un escenario de negociaciones post-guerra. Esto pasa por dominar a los grupos rebeldes en el campo de batalla y por convencer a determindos grupos para que formen parte de un escenario transitorio", explica a este diario Gabirle Garroum, politólogo experto en el Estado Islámico y doctorado en el Departamento de Estudios de Guerra del King's College de Londres.
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