Sobre los efectos en el monto, destino y programas en marcha de la defensa española sobrevuela desde hace ya muchos meses la incertidumbre en la formación de Gobierno y aún sobre su impacto por la futura gobernabilidad del país, una vez se logre desbloquear la actual situación. En medio de este larguísimo compás de espera, la decisión tomada el pasado mes de julio por el Gobierno en funciones, abocado a cumplir, sí o sí, con los objetivos de estabilidad presupuestaria comprometidos con la Comisión Europea, ha supuesto un duro mazazo para muchas empresas del sector de la defensa español.
El parón de la contratación a que ha conducido la Orden del Ministerio de Hacienda y Administraciones Públicas (HAP/1169/2016, de 14 de julio), por la que se regulan las actuaciones de cierre del ejercicio 2016 relativas al presupuesto de gastos y operaciones no presupuestarias, ha obligado a revisar de manera muy sorpresiva las estimaciones de un buen número de proveedores de Defensa, cuyos planes de contratación y facturación se han visto de golpe paralizados, un imponderable que se enmarca, en un contexto más amplio, en un escenario que no venía, precisamente, marcado por el alto nivel de contratación nacional, habida cuenta de la ristra de años de menguante presupuesto destinado a equipar a las Fuerzas Armadas (FAS) españolas.
Se mantiene así, no más, lo necesario para asegurar el necesario avituallamiento y el estricto mantenimiento de sistemas. Más allá, hoy por hoy, el sector proveedor y las propias FAS se han tenido que subir al carro de la paciencia, el ajuste y la espera del necesario orden administrativo, que habrá de llegar cuanto menos en enero de 2017, cuando entrarían en vigor los presupuestos prorrogados. La situación afecta así desde la provisión de equipamiento o munición en contratos de presupuestos relativamente reducidos a programas de mayor calado, como el que ha de dotar a la Armada española de helicópteros NH90 navalizados. Como paso previo se requiere un estudio de viabilidad que debería haberse firmado entre la Dirección General de Armamento y Material (DGAM) y Airbus Helicopters en España este pasado mes de septiembre y que ha quedado pospuesto hasta principios del año entrante.
Al otro lado del Atlántico, dos países viven un momento de especial efervescencia. La Argentina de Macri se ha convertido en foco de atención para fabricantes aeronáuticos y de material de defensa de todo el mundo. El país, tras años de absoluta dejadez por parte de las anteriores administraciones en el adecuado sostenimiento de sus Fuerzas Armadas, da hoy los pasos por solventar la falta de medios y solucionar la obsolescencia que caracteriza buena parte de sus sistemas, con la consecuente expectación de los grandes proveedores internacionales.
Perú es hoy también foco de atención. Al Gobierno de Kuczynski corresponde la gestión del ya en órbita satélite de observación de la tierra PerúSat-1, puntero en América Latina y cuya adquisición gestionó con acierto la anterior Administración. Confiemos en que los avances que Perú ha vivido en estos años en la modernización de su Defensa, que desde aquí hemos reconocido, serán bien continuados por el nuevo ejecutivo.
Fotografía: NH90-NFH
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