El nuevo vehículo comenzará a circular en 2017 y alcanza una velocidad de 140 kilómetros por hora; se usará en zonas donde no hay tendido eléctrico
Berlín ha sido testigo este martes de una primicia mundial: la presentación del primer tren de pasajeros impulsado por pilas de hidrógeno, una innovación tecnológica que promete revolucionar el transporte ferroviario. El coche entrará en funcionamiento en diciembre de 2017 en el estado de Baja Sajonia. La construcción del nuevo modelo ha sido llevada a cabo por la filial alemana de Alstom, con sede en Salzgitter.
La presentación ha sido en la feria InnoTrans, un evento internacional para compradores y vendedores de transporte ferroviario que se celebra cada dos años en la capital alemana. El nuevo vehículo, bautizado iLint, puede alcanzar una velocidad de 140 kilómetros por hora y tiene una autonomía de 800 kilómetros, una limitación que solo le permitirá realizar tramos regionales. Una vez que sea autorizado por las autoridades alemanas, el tren cubrirá el tramo Buxtehude-Bremerhaven-Cuxhaven, según fuentes de Alstom.
"La nueva técnica ofrece una alternativa real al diésel", ha señalado el ministro alemán de Transportes y Comunicaciones, Alexander Dobrindt. La cartera que dirige Dobrindt cofinanció el proyecto con un aporte de ocho millones de euros. "No contamina, es eficiente, barato y silencioso", ha asegurado el ministro.
Los primeros ejemplares de iLint ya están construidos y serán sometidos a pruebas técnicas y de seguridad en el otoño del año próximo. Tanto Alstom como las autoridades de Baja Sajonia, estado que ha negociado la compra de 14 trenes, han manifestado confianza y han asegurado que no les preocupan los resultados de estas evaluaciones.
Una alternativa verde y económica
La idea de construir trenes impulsados por baterías de hidrógeno nació como respuesta a una realidad alemana. En el país existen regiones donde no hay tendido eléctrico ni planes para construirlo, lo que se traduce en un servicio de transporte ferroviario con 2.700 trenes impulsados por locomotoras diésel, que circulan a lo largo y ancho del país.
La respuesta llegó en 2014, cuando Alstom y los estados de Baja Sajonia, Renania del Norte-Westfalia y Baden-Württemberg firmaron un acuerdo para impulsar el uso de una nueva generación de trenes no contaminantes. Los ingenieros de la compañía francesa demoraron dos años para desarrollar el nuevo vehículo, que fue presentado este martes en sociedad.
El éxito de Alstom en ofrecer una solución barata, silenciosa y no contaminante ha convencido a otros tres estados federados alemanes a firmar acuerdos de intención de compra. Las autoridades de Holanda, Dinamarca y Noruega han expresado su interés por adquirir el nuevo tren, según un ejecutivo de la compañía ferroviaria.
En el acto de presentación hubo un dato que nadie quiso mencionar: el precio del tren, que algunos expertos sitúan en una cifra de siete dígitos.
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