Las dificultades del proyecto y la falta de fondos paralizaron ‘sine die’ el ‘ComFut’, un equipamiento futurista para los soldados españoles
Fue, durante una década, uno de los proyectos más mediáticos del Ministerio de Defensa. El Combatiente del Futuro, un programa para dotar a la infantería española de un traje y equipo con todo tipo de sensores y sistemas de combate, está olvidado en un cajón. Según los planes iniciales, los militares deberían estar usándolo ya este año
Hace justo cinco años, el Boletín Oficial del Estado recogía la última referencia al ‘Programa EN9922’ ‘ComFut’ (Combatiente del Futuro). Se encargó a Cassidian –antigua EADS- la “evolución e integración de subsistemas” por 900.000 euros, en un contrato negociado y sin publicidad. Desde entonces, ni una sola noticia oficial al respecto
El soldado del futuroEl proyecto, que arrancó a principios de este siglo, buscaba dotar a los soldados españoles de un traje y equipo futurista para mejorar las capacidades de combate, comunicación y autoprotección de la infantería.
Cerca de una decena de empresas españolas y extranjeras se implicaron en el desarrollo de los nuevos equipos, entre ellas Indra, EADS, Amopack, GMV, Iturri y Fedur. Tras un largo proceso de I+D+i, en 2007 los fabricantes aportaron 12 sistemas individuales a la Academia de Infantería de Toledo para la realización de pruebas y la evaluación del prototipo.
Tal y como contó ECD, las pruebas terminaron en 2010. Defensa debía tomar una decisión sobre si seguir adelante con el programa o aparcarlo en espera de mejores tiempos económicos. Los recortes en materia de defensa en esos años dejaban poco margen de maniobra, teniendo en cuenta los aproximadamente 20.000 euros que costaría equipar a cada soldado.
Según ha sabido El Confidencial Digital de fuentes militares que trabajaron en dicho plan de desarrollo, el programa ha quedado “congelado” y sin previsión de ser recuperado a corto o medio plazo. Defensa lo ha guardado en un cajón, y tal y como explican estas voces, no hay voluntad en la DGAM de revitalizarlo.
Siguiendo el plan inicial trazado por el Ministerio durante la fase de definición del proyecto, en 2011 debería haberse producido un primer lote de 3.000 equipos. Estos servirían para realizar instrucción y pruebas conjuntas durante los años que durase la segunda fase de producción, prevista para 2015. En 2017, según este mismo plan, el ComFut debería estar ya plenamente integrado en la infantería española.
Es decir, según las previsiones iniciales, las tropas españolas desplegadas actualmente en Irak o Líbano deberían ir equipados con un sistema de comunicación inalámbrico que conectase al militar con un sus mandos, de forma que estos pudiesen ver su ubicación precisa y ver lo que ven sus ojos, o sensores que informen del estado de salud y estrés del combatiente, o un laser integrado que permite mejorar la puntería. O un traje ‘Ghost’, invisible a los visores térmicos del enemigo, gracias a la reducción de firma infrarroja. O la cámara instalada en el fusil G-36 para que el militar pudiese disparar sin apuntar directamente.
Fuentes militares consultadas aseguran que las pruebas del ComFut “fueron satisfactorias” en lo referente a alguno de los siete subsistemas que lo conformaban, especialmente los de puntería. Pero había “fallos de desarrollo que necesitaban más trabajo de maduración en los prototipos” y requerían más fondos, lo que suponía encarecer aún más el programa.
Además, “quienes los probaron destacaron resultaban pesados y algo agobiantes a la hora del combate” indican estas voces, relacionadas con el desarrollo de los test
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