Avión de entrenamiento y ataque ligero Pampa III. Foto:Fadea.
Irene Valiente
Argentina afronta un 2018 marcado por un objetivo claro, señalado por Mauricio Macri tras su llegada a la Presidencia en diciembre de 2015: la modernización de sus Fuerzas Armadas. El país austral es uno de los que menos dinero destinan al área de Defensa en Latinoamérica, aunque en el proyecto de presupuesto presentado por el Gobierno para este año, los recursos para las Fuerzas Armadas aumentarán alrededor de un 14%, hasta casi los 43.000 millones de pesos (unos 2.400 millones de dólares, al cambio actual)
Muchas de las expectativas se concentran alrededor de la Fábrica Argentina de Aviones Brigadier San Martín (FAdeA). Después la marcha de Ercole Felippa y la llegada de Antonio José Beltramone al frente de la firma de capital público, se da prácticamente por concluida la etapa de “ordenamiento” puesta en marcha por el primero. La empresa enfrenta ahora una nueva para la que se hace necesaria la recuperación de la confianza de sus clientes y la búsqueda de fondos por fuera del Estado de forma que pueda ser autosostenible y no depender de fondos públicos para sacar adelante su proyecto estrella: los aviones de entrenamiento y ataque ligero Pampa III.
En ese sentido, este año se espera concretar alguna de las negociaciones iniciadas para su venta, posibles acuerdos que, en algunos casos, contemplan también la fabricación conjunta de las aeronaves. Por el momento, las empresas que suenan más fuerte para cerrar un proyecto son la sudafricana Paramount Group y la alemana Grob. Además, también hay que estar pendiente del acercamiento con Bolivia en este sentido, país al que han viajado autoridades castrenses de Argentina para mostrar las propiedades del biplaza, aunque se mantienen cautas. La fábrica también continuará con el proceso de mejora de la flota de Hércules C-130, tras la modernización exitosa del primero de cuatro en 2017.
Además, la Fuerza Aérea espera la llegada de los cinco aviones franceses Dassault Super Étendard Modernise adquiridos en noviembre por 12,5 millones de euros y la de los cuatro helicópteros Bell 412EP comprados a fines de año por 27 millones de dólares y que, en este caso, está prevista para junio.
El desbloqueo definitivo de la compra a Francia de los cuatro patrulleros oceánicos L'Adroit OPV 90 que el Ejecutivo ya había dado por cerrada o la posible adquisición de nuevos M113 a Estados Unidos a través del programa Ventas Militares al Extranjero (FMS o Foreign Military Sales) son otros de los temas pendientes este 2018.
Todo ello irá en paralelo a la crisis desatada en la Armada tras la desaparición del submarino ARA San Juan el pasado 15 de noviembre con 44 tripulantes a bordo. Además de la investigación judicial que está en manos de la magistrada Marta Yáñez, hay varias internas iniciadas por la fuerza naval, por un lado, y el Gobierno argentino, por otro.
Pese a que este último bajó el tono en las últimas semanas e insiste ahora en que la prioridad es encontrar el sumergible, las consecuencias por la manera en la que se desarrolló el operativo de búsqueda en los primeros días comienzan a ser más que evidentes.
De momento, ya han sido desplazadas varias autoridades, entre ellas, el propio titular de la Armada, el almirante Marcelo Srur. Se espera que en 2018 se continúe con las suspensiones y es probable que la cúpula de la fuerza naval sea apartada al completo.
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