Su puesta a flote será el próximo 22 de abril, aunque no estará operativo hasta 2023
En un país con una innegable vocación marítima como España, con casi 8.000 kilómetros de costa bañadas por el mar Mediterráneo y el océano Atlántico, se hace imprescindible contar con una potente flota naval que pueda afrontar los retos de vigilancia, control y defensa que plantea el escenario mundial. No en vano, la posición estratégica española obliga a estar atento a lo que ocurre en el Estrecho de Gibraltar, una de las rutas marítimas más transitadas del mundo.
Una de las armas más eficaces en el mar para misiones y de mayor poder disuasorio son los submarinos. Hasta ahora, el suspenso en la materia es flagrante. De hecho, la Armada cuenta actualmente solo con dos batiscafos: el Tramontana y el Galerna, este último ahora inactivo por estar en gran carena (proceso de inspección y reparación de todos los equipos y materiales que suele durar unos dos años)
Esta situación de precariedad está a punto de cambiar con la botadura del primer submarino de la serie S-80: el S-81 Isaac Peral, considerado como "el submarino convencional (no nuclear) más avanzado del mundo". Su construcción se ha llevado a cabo en el astillero que Navantia tiene en Cartagena (Murcia) y se trata de la primera entrega de las cuatro previstas.
Su puesta a flote será el próximo 22 de abril con la presencia del rey Felipe VI, aunque no estará operativo hasta 2023. Los tres submarinos restantes, el S-82 Narciso Monturiol, el S-83 Cosme García y el S-84 Mateo García de los Reyes, se irán sumando a la flota con una cadencia de uno cada dos años. El Ministerio de Defensa invertirá en los cuatro sumergibles casi 4.000 millones de euros.
Sigilosos y capaces de lanzar misiles Tomahawk
Los submarinos de la serie S-80 están entre los más modernos del mundo por las altas prestaciones que ofrecen. El sistema de propulsión independiente del aire (AIP) que posee se encuentra entre los más avanzados del sector y permite una gran autonomía operativa bajo el agua de hasta 21 días sin necesidad de salir a flote.
Otra de sus características más destacadas es su discreción, lo que hace al batiscafo difícilmente perceptible. La clave está en el especial diseño de su hélice, un secreto celosamente guardado por los ingenieros para evitar copias.
Preparados para navegar sin problemas por cualquier zona del planeta, los submarinos destacan además por su capacidad disuasoria, ya que son capaces de lanzar misiles a objetivos en tierra firme o instalar minas inteligentes en los fondos marinos. Están preparados, incluso, para lanzar misiles Tomahawk, las armas de precisión guiadas por GPS que pueden volar a más de 800 km/h y son capaces de alcanzar objetivos hasta a 1.600 kilómetros de distancia.
Hito de la ingeniería naval española
La construcción de estos sofisticados batiscafos supone un hito de la ingeniería naval española, que se coloca a la vanguardia en la fabricación de submarinos no nucleares, compitiendo con Rusia, China, EEUU, Alemania o Corea del Sur.
Hasta la fecha, nuestro país había colaborado con siempre con Francia, cuyos ingenieros habían sido los encargados de trazar las líneas maestra de los proyectos. Esta es la primera vez que el diseño y la producción de sumergibles es 100% española.
“Este hito es esencial para la Armada supone una inyección importante para que en otros países conozcan la industria y la tecnología de Navantia y pueda ser un producto exportable”, ha asegurado esta semana la ministra de Defensa, Margarita Robles.
De hecho, Navantia ya ha movida ficha en este sentido y ha presentado una oferta al concurso público abierto por la India para comprar el diseño para seis submarinos, ya que la construcción sería local. La adjudicación del contrato podría suponer una inyección económica de hasta 7.000 millones de euros para la empresa pública española.
Fuente:https://www.20minutos.es
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