El satélite SAC-D/Aquarius fue un exitoso proyecto de colaboración entre la Comisión Nacional de Actividades Espaciales (CONAE) del Ministerio de Planificación Federal, Inversión Pública y Servicios y la Agencia espacial de los Estados Unidos de Norteamérica (NASA), en el cual además participaron otros países como Brasil, Canadá, Francia e Italia. El satélite fue puesto en órbita el 10 de junio de 2011 desde la base Vandenberg de EE.UU.
Como expresa CONAE en su comunicado, los resultados obtenidos en estos 4 años de misión fueron diversos y abundantes, constituyendo un avance trascendente en lo que respecta al entendimiento de la dinámica oceánica y su interacción con el clima y el medio ambiente del planeta.
Además de la relevancia de los objetivos científicos y operativos alcanzados por la misión, INVAP, como contratista principal del observatorio SAC-D/Aquarius, quiere destacar el significado que tuvo este proyecto para el desarrollo tecnológico de nuestro país.
Durante los 5 años que demandó el diseño y la fabricación del satélite, hasta su puesta en órbita, se emplearon más de 1 millón de horas de técnicos y profesionales argentinos tanto en INVAP, CONAE y buena parte del sistema científico tecnológico nacional, como en varias PyMEs de base tecnológica del sector privado.
Solamente por mencionar algunos ejemplos de desafíos tecnológicos resueltos para esta misión, destaca:
- Las antenas de comunicación fueron desarrolladas y provistas por una PyME nacional.
- Los paneles solares fueron diseñados y fabricados íntegramente en el país, al igual que 5 de los 8 instrumentos que portaba el SAC-D.
- La facilidad de integración satelital que hoy está en operación en INVAP fue erigida para esta misión.
- Las tecnologías de diseño y producción en fibra de carbono y materiales compuestos también fueron desarrolladas en el marco de este proyecto.
- La presencia de un instrumento tan delicado y sensible como el Aquarius llevó a extremar los niveles de calidad de los diseños y la producción.
Todo esto permitió encarar nuevos desafíos tecnológicos en materia espacial, como es el caso de los satélites geoestacionarios de telecomunicaciones, generando un círculo virtuoso que amplía la base tecnológica a nivel nacional, aplicable no sólo en la industria espacial, sino también en otras áreas industriales.
El SAC-D fue un escalón fundamental para el crecimiento tecnológico de nuestro país, ya que la tecnología es un proceso acumulativo donde los desarrollos del pasado facilitan y habilitan los desafíos del futuro.
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