Aunque ya existen varios dispositivos pensados para que los disparos no sean letales, las fuerzas del orden están tardando en adoptar este tipo de soluciones
Algunos civiles y determinados departamentos de Estados Unidos están empezando a probar nuevos dispositivos. (Alternative Ballistics)
Los homicidios por arma de fuego son una de las causas de muerte más comunes en Estados Unidos y provocan casi tantos fallecimientos como los accidentes de coche en el país. Sin embargo, entre los más de 12.000 homicidios de este tipo que se producen al año en la nación de las barras y estrellas, los 1.000 correspondientes a personas que fallecieron por un disparo de la policía son las que más avivan el debate sobre la necesidad de inventar un arma que no se cobre vidas.
Conseguir una alternativa menos letal que convenza a las fuerzas del orden, por un lado, y a activistas civiles, por otro, no es tarea fácil. Muchos departamentos tienen la opción de emplear armas de electrochoque, popularizadas por la empresa Taser International en 1993. Sin embargo, no siempre son efectivas —ropa gruesa o la distancia a la que se realiza el disparo pueden hacer que fallen— y, en el sentido contrario, y según reclaman las organizaciones de derechos humanos, la propia descarga o el golpe contra el suelo pueden causar la muerte. Al menos 48 personas en Estados Unidos fallecieron a causa de estas armas en 2015.
Sin embargo, y a pesar del reto que supone desarrollar un arma no letal, ya hay varias opciones en el mercado con menor o mayor peligro y que han alcanzado distintos grados de implantación. Desde balas hechas de plástico diseñadas para aplanarse con el impacto —letales, aún así, en distancias cortas y si alcanzan determinadas zonas del cuerpo como el cuello— hasta el conocido como “rayo del dolor”, el Active Denial System (ADS), que dispara rayos invisibles que causan en la piel una fuerte sensación de quemadura, ya hay un pequeño abanico de opciones no mortales que intentan colarse entre las herramientas de las fuerzas del orden.
Un dispositivo con el nombre de La Alternativa y un lanzador preparado para disparar casi cualquier tipo de munición no letal son otros de los dispositivos que aspiran a reducir el número de muertes. Tommy Teach es el CEO de Bruzer Less Lethal International, la compañía que comercializa el lanzador no letal ML-12, del tamaño de una pistola. "Es un lanzador con dos tiros, para uso no letal", explica a Teknautas. "Tenemos dos versiones, una con las municiones estándar y otra con un tipo de proyectil particular que no te permitirá poner los cartuchos incorrectos en el disparador", añade.
Ambos ofrecen la posibilidad de que los cañones sean naranjas para facilitar su identificación y se comercializan con el objetivo de que las fuerzas del orden puedan derribar a un sospechoso e impedir que ataque, causando daño, pero evitando su posible muerte
Una experiencia personal
En el caso de Teach, fue una experiencia personal lo que le hizo decidirse a desarrollar un arma no letal. Militar retirado e instructor de armas tanto letales como no letales, este estadounidense se vio perseguido en una ocasión en la carretera por un conductor drogado que amenazaba con golpearle por detrás. Después de avisar a la policía, que le indicó dónde detener el coche, y antes de que el sheriff pudiera alcanzarlos, el otro conductor paró y se acercó hacia su vehículo.
Él sacó su arma, se protegió al máximo con el asiento y le preguntó repetidas veces si llevaba un arma, pidiéndole que le enseñase las manos y listo para disparar, si fuera necesario, para defenderse. El otro conductor, al ver la pistola, acabó tirándose al suelo —finalmente no iba armado— y a los pocos segundos el sheriff llegó y lo esposó.
De las 12.000 muertes al año en Estados Unidos por armas de fuego, mil se producen a manos de las fuerzas y cuerpos de seguridad
"En aquel momento sentí que estaba siendo un hombre razonable, que mi vida estaba en peligro y que el uso letal de mi arma estaba justificado si era necesario", relata. "Pero una vez que mi cerebro se tranquilizó, y que se me pasó el subidón de adrenalina, me pregunté qué habría hecho si hubiera tenido que disparar, cómo me habría sentido", añade. Por ello, comenzó a investigar sobre dispositivos no letales y se decidió a trabajar en el suyo propio. Años de investigación y de desarrollo después, su empresa ofrece varios modelos y trabaja en la creación de otros. "Nuestro objetivo es simple: crear una herramienta para las fuerzas del orden que salve vidas", cuenta.
Según los datos ofrecidos por este experto, civiles y distintos cuerpos de los Estados Unidos ya usan el producto y, según explica, están recibiendo peticiones de fuerzas militares, fuerzas del orden y ciudadanos de fuera del país. "Muchas países no son iguales que Estados Unidos en el asunto de las armas y en el entrenamiento con este tipo de lanzadores", puntualiza.
La Alternativa
Los lanzadores desarrollados por la empresa de Tommy Teach no son los únicos disponibles en el mercado. Con el nombre de The Alternative —La Alternativa en español—, la empresa Alternative Ballistics ha desarrollado un dispositivo que consiste en un adaptador de plástico naranja coronado por una especie de pequeña pelota que se sujeta a la punta del cañón de una pistola. Al disparar el arma, la bala se incrusta en la bola y ayuda a reducir el impacto de la misma. “Queremos darle una opción a las fuerzas del orden con la que nunca han contado”, defiende Christian Ellis, CEO de la empresa
Simple y fácil de usar —la persona que vaya a disparar solo tiene que fijarlo al cañón—, sus detractores señalan que puede haber una falta de tiempo o que la persona que dispara puede hacerlo dos veces, convirtiendo el segundo tiro en mortal. Aún así, su coste, 45 dólares por unidad (unos 40 euros al cambio actual), puede resultar atractivo para aquellos que quieran una opción de evitar el mayor de los males
The Alternative', dispositivo diseñado para que el disparo realizado no sea letal. (Alternative Ballistics)
A pesar de la existencia de estos dispositivos y de la presencia de municiones en principio no letales, las muertes causadas por disparos de la policía en el país norteamericano, junto a las que se producen en otros países como Canadá o Alemania —comparativamente mucho menores—, siguen sucediendo. ¿Por qué no adoptar entonces alguna de las soluciones ya existentes o trabajar en otras nuevas?
"La mayor parte de las veces es por falta de presupuesto, falta de entrenamiento o una falta de conocimiento de este tipo de productos y políticas en los niveles más altos", explica Tommy Teach. Ellis, en cambio, señala que las fuerzas del orden son reacias a adoptarlas porque en muchos casos no quieren exponerse a un peligro extra. Sea por el motivo que sea, parece que la penetración de opciones no letales entre las armas disponibles para las fuerzas del orden todavía tiene camino que recorrer.
The Alternative', dispositivo diseñado para que el disparo realizado no sea letal. (Alternative Ballistics)
A pesar de la existencia de estos dispositivos y de la presencia de municiones en principio no letales, las muertes causadas por disparos de la policía en el país norteamericano, junto a las que se producen en otros países como Canadá o Alemania —comparativamente mucho menores—, siguen sucediendo. ¿Por qué no adoptar entonces alguna de las soluciones ya existentes o trabajar en otras nuevas?
"La mayor parte de las veces es por falta de presupuesto, falta de entrenamiento o una falta de conocimiento de este tipo de productos y políticas en los niveles más altos", explica Tommy Teach. Ellis, en cambio, señala que las fuerzas del orden son reacias a adoptarlas porque en muchos casos no quieren exponerse a un peligro extra. Sea por el motivo que sea, parece que la penetración de opciones no letales entre las armas disponibles para las fuerzas del orden todavía tiene camino que recorrer.
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