El presidente Trump ha criticado repetidamente a la OTAN desde antes y después de su elección, llegando incluso a poner en duda las intenciones de Estados Unidos en caso de que se invoque el artículo 5 -el artículo sobre defensa colectiva
Tras calificar a la Alianza Atlántica de "obsoleta", criticó en particular el nivel de gastos militares de la mayoría de los Aliados, que consideraba demasiado bajo.
Y sin embargo, es sobre el modelo de la OTAN que la administración norteamericana quiere crear una "Alianza Estratégica para Oriente Medio"[OMAPE o MESA, por sus siglas en inglés, Alianza Estratégica para Oriente Medio] para contrarrestar los objetivos iraníes en la región (dicho esto, no habrá debate sobre el monto del gasto militar...).
Esta MESA cubriría, según Reuters, a los seis países árabes del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG), a saber, Bahrein, Arabia Saudita, Qatar, Kuwait, el Sultanato de Omán y los Emiratos Árabes Unidos, así como Jordania y Egipto.
Esta alianza estratégica entre los Estados Unidos y esos ocho países árabes tendría por objeto fortalecer la cooperación en materia de lucha contra el terrorismo y defensa contra misiles, así como los vínculos diplomáticos y económicos
Y también podemos suponer que uno de los objetivos es evitar, en el ámbito del armamento en particular, que estos países árabes se vean tentados a adquirir equipos distintos de los estadounidenses. Sabemos que Qatar está considerando la adquisición de sistemas de defensa antiaérea rusos S-400 o que los Emiratos Árabes Unidos, como la Arabia Saudita, confían en China para adquirir vehículos aéreos no tripulados (UAV) de media altitud y larga duración.
"MESA servirá de baluarte contra la agresión, el terrorismo y el extremismo iraníes y traerá estabilidad a Oriente Medio", confirmó un portavoz del Consejo de Seguridad Nacional (NSC) de la Casa Blanca a la agencia de noticias.
A priori, esta alianza estratégica podría lanzarse formalmente en una cumbre que se celebrará en Washington el próximo mes de octubre. Sin embargo, el condicional es apropiado dada la disputa diplomática que opone a Qatar con las otras monarquías suníes del Golfo Pérsico, que le reprochan su apoyo a la hermandad de los Hermanos Musulmanes, así como sus relaciones con Irán.
Ya vinculado a Arabia Saudí por el Pacto Quincy (firmado en febrero de 1945 y que garantiza la seguridad del reino saudí a cambio del suministro de petróleo estadounidense), Estados Unidos ha mantenido relaciones de dientes de sierra con algunos de estos países árabes, en particular con Egipto. De hecho, la administración Obama había congelado parte de su ayuda militar debido a la represión que siguió a la destitución del presidente Mohamed Morsi, miembro de la Hermandad Musulmana.
En cualquier caso, las tensiones entre el Irán y los Estados Unidos han aumentado constantemente, en particular desde la decisión del Presidente Trump de retirarse del acuerdo sobre el programa nuclear iraní. Además, Washington, Riad y Abu Dhabi siguen denunciando las actividades "desestabilizadoras" de Teherán en Oriente Medio, es decir, de Siria a Yemen, donde los rebeldes Houthi se beneficiarían del apoyo iraní.
Además, Irán ha amenazado repetidamente con bloquear el Estrecho de Hormuz, por el que pasa gran parte del tráfico de petróleo... Y los rebeldes de Houthis han atacado a dos petroleros saudíes cerca del Estrecho de Bab el-Mandeb, puerta de entrada al Mar Rojo. Según las cifras de 2016, ese año transitaron 4,8 millones de barriles diarios de petróleo crudo y productos petrolíferos refinados, lo que representa el 8% de las entregas mundiales.
Resultado: Riad anunció la suspensión de "todos los embarques de crudo a través del estrecho de Bab el Mandeb". Y Kuwait advirtió que podría hacer lo mismo. Si el tráfico comercial se ve afectado en el Mar Rojo, Egipto se verá afectado directamente por los derechos de paso que tiene en el Canal de Suez.
Fotos:F-15 Fuerza Aérea Real Saudí, M-2000 Fuerza aerea Emiratos Árabes Unido
No hay comentarios:
Publicar un comentario