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jueves, 2 de diciembre de 2021

Portaaviones voladores: ¿La próxima arma de élite del ejército estadounidense?


Un F-35C Lightning II, asignado a los "Argonautas" del Escuadrón de Cazas de Ataque (VFA) 147, despega desde la cubierta de vuelo del portaaviones de clase Nimitz USS Carl Vinson (CVN 70) durante el Ejercicio Anual (ANNUALEX) 2021.

Portaaviones voladores: ¿Son posibles? Ya sea por el Helitransporte del "Universo Marvel" visto en películas como Los Vengadores, o por la pista de aterrizaje móvil de inspiración retro art decó de Sky Captain and the World of Tomorrow, los aficionados a la ciencia ficción no se cansan de ver estos portaaviones voladores.

En teoría, parece una solución perfecta, un portaaviones que puede volar sobre tierra y agua y convertirse en una base flotante en el cielo. Sin embargo, es poco probable que una plataforma de armas de este tipo se construya, o incluso pueda construirse. Sin tener en cuenta el hecho de que la escala de una nave de este tipo probablemente llevaría a la quiebra a una nación pequeña, requeriría una instalación de construcción construida a propósito sólo para manejar el proyecto, y gran parte de la tecnología para mantenerla a flote sigue estando muy lejos de la realidad.

Sin embargo, el concepto de un portaaviones en el cielo ha sido algo que los pensadores militares han considerado, pero con mucha menos tecnología de la que permite la magia de las películas.

La Armada estadounidense fue la primera en ser pionera en el concepto de un portaaviones volador, y comenzó a construir dos dirigibles rígidos, el USS Macon y el USS Akron, a finales de la década de 1920. Ninguno de estos dirigibles contaba con una pista de aterrizaje, sino que cada uno de ellos transportaba cinco cazas ligeros Curtiss F9C Sparrowhawk que podían ser lanzados y recuperados mediante un sistema de gancho que los hacía descender en la corriente de aire.

Los dirigibles tenían algunas ventajas: eran dos veces más rápidos que los buques de superficie de la época, podían volar sobre tierra y podían ver mucho más allá del horizonte que cualquier buque de superficie. Pero también tenían algunas desventajas graves, la mayor de las cuales era que el mal tiempo dificultaba el control de los dirigibles y los dejaba en tierra. En abril de 1933, el USS Akron se estrelló en el océano Atlántico frente a la costa de Nueva Jersey, causando la muerte de 73 de los 76 tripulantes que iban a bordo, mientras que dos años más tarde el USS Macon sufrió un accidente menos grave en el que murieron dos de sus 83 tripulantes y pasajeros.

Las Fuerzas Aéreas de los Estados Unidos consideraron un concepto de portaaviones volador durante la Guerra Fría, pero era mucho menos ambicioso y consistía en un caza "parásito" Republic F-84 que podía lanzarse desde la panza de un bombardero nuclear B-36 Peacemaker para operaciones de reconocimiento. A éste le siguió un plan algo más ambicioso que transformaba el interior de un Boeing 747-200 en un hangar en el cielo para una docena de pequeños cazas que podían ser lanzados y recuperados. Éste nunca pasó de la fase de planificación. Aunque el Laboratorio de Dinámica de Vuelo afirmó que era posible, la cuestión sigue siendo si es posible o práctico.

Fuente:1945

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