Edward Denmark
Por Pablo Portaluppi
Ex integrante del 12 Regimiento de Defensa Aérea británico, Edward Denmark arribó a nuestro país con una única misión: ayudar a los más de 9.000 soldados argentinos a ser reconocidos como veteranos de la guerra de Malvinas. En 1982, año del conflicto bélico entre la Argentina y Gran Bretaña, Denmark tenía como objetivo destruir los aviones de la Fuerza Aérea argentina, que provocaba grandes daños a la flota inglesa. Casi 38 años después, no quiere morir sin lograr que el Estado argentino reconozca de una vez por todas a sus viejos enemigos.
Denmark posee una enfermedad terminal, un cáncer conocido como mieloma múltiple. Pese a su delicado estado de salud, el 7 de enero aterrizó en el Aeropuerto de Ezeiza, y junto a su amigo entrañable Julio Herrera Vidal, Presidente de la Asociación Nacional de Soldados Veteranos de la Fuerza Aérea, y quien se desempeñó en el Grupo 1 de Artillería Antiaérea que fuera desplegado a la Base de Santa Cruz, comenzó un desgastante periplo por diversos sitios de las ciudades de Buenos Aires, Pinamar, y Mar del Plata, donde brindó varias entrevistas periodísticas, además de vivir un emotivo hecho: el ex artillero británico, cuya misión era derribar a los aviones argentinos, se encontró cara a cara con el aviador argentino Carlos Cachón, quien a bordo de su nave logró eludir la defensa enemiga protagonizando, el 8 de junio de 1982, uno de los hechos más resonantes de la guerra, el hundimiento del buque de la Royal Navy Sir Galahad. Hecho que simboliza, tal vez, lo que alguna vez declarara el fallecido Brigadier Ernesto Crespo, a cargo de la Fuerza Aérea Sur (FAS) durante la contienda: “Si la FAS no hubiese estado en la Patagonia, con sus medios desplegados en el continente, el conflicto hubiera finalizado probablemente el primer día de combate, es decir, el 1 de mayo. Los ingleses consideraron a la Fuerza Aérea Sur su único enemigo real en el conflicto”.
En dicha línea apunta las declaraciones de Edward Denmark: “Lamentablemente, sigue habiendo una gran injusticia y es que los soldados de las bases continentales no son reconocidos por su valiosa contribución al esfuerzo de guerra”, asegura el ex artillero. Y afirma tajante: “Todos fueron parte de una cadena necesaria para la supervivencia. Yo disparaba a sus aviones con el lanzamisiles o con un rifle. Pero los misiles que cargamos, o las municiones, nos fueron provistos desde la isla Ascención, que se encuentra a 8.000 millas náuticas de Malvinas. Desde allí nos entregaban comida, armas y municiones”. Los soldados ingleses que menciona Denmark fueron reconocidos por el Estado británico, mientras que sus pares argentinos, quienes se hallaban a apenas 400 millas del archipiélago, fueron y continúan siendo completamente ignorados por los distintos gobiernos nacionales que se sucedieron en la República desde 1983, a excepción de los pilotos de la Fuerza Aérea.
En su momento, el citado Julio Herrera Vidal hizo público que Edward Denmark le había enviado una carta en el marco de una cooperación creciente entre combatientes de ambos países, donde el británico le había asegurado que “sin ninguna duda estaban en riesgo todas las bases de la Patagonia”. La carta está certificada por un Escribano de Liverpool y a su vez Herrera Vidal la hizo protocolizar en la Argentina.
Historia y Presente
En la actualidad, existen miles de veteranos no reconocidos que reclaman su lugar en la historia, tema del que este medio se ocupó durante cuatro informes. Soldados, en su mayoría conscriptos, que fueron destinados a las distintas bases militares apostadas en el continente. Su reclamo se torna justo desde el mismo momento en que fueron desplegados a diferentes destinos del sur argentino durante la guerra para realizar tareas de logística, vigilancia y defensa de las costas del litoral marítimo patagónico indispensables en todo conflicto bélico, las mismas tareas que tenían sus colegas británicos desde la Isla Ascensión a las que hace referencia Denmark. Las bases continentales argentinas fueron establecidas en Trelew, Comodoro Rivadavia, San Julián, Santa Cruz, Río Gallegos, y Río Grande, a los efectos de vigilar y defender la zona de posibles incursiones británicas en el continente. Se registraron varias incursiones enemigas, pero aunque no las haya habido, el peligro siempre estuvo latente. De acuerdo a la distinta literatura castrense, la logística en la guerra tiene por objeto brindar los medios necesarios a las Fuerzas Armadas. Estos medios pueden ser tanto de personal como material, generando beneficios indirectos y directos a la conducción de la guerra.
El ex Diputado nacional por el Partido Demócrata Cristiano Juan Fernando Brugge, del bloque parlamentario Córdoba Federal, presentó el Proyecto de Ley 3932/2018, a instancias de un numeroso grupo de veteranos de Malvinas no reconocidos llamado “Concertación TOAS” (Teatro de Operaciones del Atlántico Sur). El proyecto se propone otorgar “el reconocimiento moral e histórico a los exsoldados conscriptos que participaron de manera directa en el conflicto bélico”. En sus fundamentos, aclara que dichos soldados “fueron desplegados desde sus unidades militares de origen al sur del territorio nacional”, incluyendo el por entonces Territorio Nacional de Tierra del Fuego. Como a Brugge se le terminó su mandato y el proyecto iba a perder estado parlamentario, decidió reinscribirlo, inclusive con nuevas adhesiones, entre ellas nada menos que la del ex gobernador de San Juan y actual Vicepresidente 1ro de la Cámara de Baja, José Luis Gioja. Pero aún restan varios pasos, como la conformación de la Comisión de Defensa. El número de proyecto es el 5902. Por su parte, la Concertación TOAS viene desarrollando hace años una intensa actividad de recolección de firmas en apoyo de su reclamo.
Dicho reclamo se apoya, además de las acciones de combate registradas en el continente, en la propia historia. El 7 de abril de 1982, cinco días después del desembarco, se emite el Decreto secreto 700, que constituye el TOAS, delegando la determinación de sus límites en un Comité Militar, órgano que el 12 de abril decide ampliar y extender la jurisdicción del hasta entonces vigente TOM (Teatro de Operaciones Malvinas) hasta el litoral marítimo argentino,
El 31 de Mayo, siempre de 1982, se dicta un acta de acuerdo firmada por el ViceAlmirante Juan José Lombardo, Jefe del TOAS y uno de los planificadores del desembarco en Malvinas del 2 de abril, y el General de División Osvaldo Jorge García, comandante del TOAS, donde se establece en el punto 5 “alertar al Sistema de Defensa del Litoral Marítimo ante la posibilidad de que la flota inglesa ataque al continente buscando afectar el propio poder aéreo”, como lo muestra la siguiente imagen.
El 23 de octubre de 1984 se promulga la Ley 23109 que otorga beneficios “a los exsoldados conscriptos que han participado en las acciones bélicas desarrolladas en el Atlántico Sur entre el 2 de abril y el 14 de junio de 1982”. Pero el 26 de abril de 1988 el Poder Ejecutivo emite el Decreto 509/88, que reglamenta aquella Ley, manifestando en su artículo primero que “se considerará Veterano de Guerra a los ex soldados conscriptos que participaron en las acciones bélicas en el TOAS, determinado el 7 de abril de 1982, que abarcaba la plataforma continental de las Islas Malvinas, Georgias y Sandwich del Sur, y el espacio aéreo correspondiente”. Este Decreto dejó afuera del beneficio a miles de personas, aunque a partir de allí haya habido distintos fallos, algunos contradictorios entre sí
Si bien todos los miembros de la Fuerza Aérea son reconocidos como Veteranos, sólo los pilotos cobran la pensión. Justamente Herrera Vidal, mentor del viaje de Denmark, afirma que “está bárbaro que cobren la pensión los pilotos, pero hay que tener en cuenta que un avión es un sistema de armas, con un grupo de artillería de atrás, comandado por artilleros”. Denmark era uno de ellos, pero del lado británico. Como afirma en uno de sus párrafos el recordado libro “Malvinas, la trama secreta”, de los periodistas de Clarín Eduardo Van Der Kooy, Ricardo Kirschbaum y el fallecido Oscar Cardoso: “No debe olvidarse, al fin, que las operaciones aéreas argentinas de mayor porte se ejecutaban invariablemente desde el continente”. La injusticia se potencia cuando se comprueba que todos los tripulantes de los buques que, por decisión de los mandos de la Armada, no salieron de puerto por temor a la presencia de submarinos nucleares ingleses que rondaban la zona, además de ser reconocidos como veteranos, cobran una pensión honorífica por parte del Estado.
Jurisprudencia y Estadísticas
De acuerdo al jurista Pedro Ortiz, al momento de los hechos, el conflicto bélico se rigió por la Ley 14029-Código de Justicia Militar- que declara que “el tiempo de guerra se inicia con la declaración de la misma, o en su defecto, como fue el caso de Malvinas, con el decreto de movilización para la guerra inminente”. Y afirma tajante: “Los veteranos no reconocidos del TOAS fueron movilizados hacia el Sur ante un estado de guerra inminente, y se encontraban frente al enemigo al integrar el despliegue de tropas en las bases continentales” ya citadas anteriormente, agregando que “el artículo 110 del CJM somete a jurisdicción militar a los obligados a prestar servicio de defensa. Es decir, todos los movilizados estaban sometidos a la ley marcial, sus derechos estaban restringidos a las exigencias de la conducción de las operaciones militares y se vieron forzados a actividades de apoyo de combate”. Y concluye: “Todos los movilizados deben ser reconocidos como Veteranos de Guerra”.
La última estadística oficial conocida afirma que el Estado reconoce 23.428 veteranos, de acuerdo al siguiente detalle: 10.201 de la Armada, 9.533 del Ejército, 2.249 de la Fuerza Aérea, 22 gendarmes, 31 prefectos, y 1.392 civiles. Actualmente la página del Ministerio de Defensa, a cargo de Agustín Rossi, está “actualizando contenidos”. Por su parte, en su página web, la ANSES (Administración Nacional de la Seguridad Social) reconoce oficialmente 22.476 beneficiarios. Sin embargo, hay quienes sostienen que el total de ex combatientes destinados al archipiélago y a las bases continentales supera largamente los 30.000. Solo los miembros de Concertación TOAS aseguran ser 9.000, con lo cual aquel número se superaría ampliamente.
A través del Decreto 1357, publicado el 6 de octubre de 2004, el Gobierno Nacional estableció que sea la ANSES la que tuviera a su cargo el otorgamiento y liquidación de las pensiones honoríficas, y aumentó la cifra a cobrar en un 300%, lo que equivale a 3 jubilaciones mínimas, monto que se mantiene hasta la actualidad. Los rumores están a la orden del día. Hay quienes sostienen que la ANSES está pagando cerca de 40.000 pensiones, dato que resulta incomprobable. Este medio hace tiempo intenta solicitar el listado completo, pero el organismo se ampara en la política de “datos sensibles” para no hacerla pública. “El otorgamiento de las pensiones por Malvinas es un sector muy hermético en la ANSES, gobierne quien gobierne”, le había asegurado a este medio un abogado que se desempeño durante muchos años como empleado de dicho organismo. Actualmente, el organismo previsional otorga beneficios a aproximadamente 15 millones de personas.
Un abogado de Bahía Blanca, conocedor del tema y asiduo litigante con la ANSES, asevera que “lamentablemente el criterio del Juez, a partir de las presentaciones judiciales que hacen los veteranos para lograr el reconocimiento y la pensión, es muy restrictivo. A pesar de mis esfuerzos y críticas para se den cuenta de que hay que ser más contemplativo con el tema. Se trata de personas que la pasaron muy mal, y como no estuvieron en combate efectivo no los reconocen como veteranos. Me da vergüenza”
Algunos testimonios de quienes estuvieron apostados en las bases continentales dan cuenta de los conceptos vertidos por el letrado bahiense: “Tuvimos que soportar temperaturas bajo cero permaneciendo días enteros metidos en los llamados pozos de zorro, con los pies en el agua y sin alimentos”; “No sabíamos ni dónde estábamos. Teníamos provisiones para tres días y nos tuvimos que quedar muchos días. Racionábamos la comida y hasta nos alimentamos con raíces de mata negra. Éramos cerca de 140. Vivíamos en un pozo, sin poder hacer nada. Quietos. Soportamos nieve, lluvia, agua nieve”. Además, si el conflicto bélico se hubiese prolongado más allá del 14 de junio, lo más probable es que miles de estos soldados hubiesen ido al archipiélago.
Con el enemigo Adentro
Fuentes fidedignas le confirmaron a este medio que el Diputado Brugge sufrió aprietes por parte de los reconocidos para que no reinscriba el proyecto. Quienes cobran la pensión vitalicia se oponen fervientemente a que los soldados apostados en las bases logren su reconocimiento. Dicha feroz oposición genera no pocas suspicacias. El apriete habría ocurrido en el propio Anexo del Congreso Nacional.
“Sería una estafa moral equiparar a los ex combatientes con los movilizados”, le dijo al diario Página 12 en el año 2012 Ernesto Alonso, presidente del Centro de ex combatientes de las Islas Malvinas (CECIM), con base en la ciudad de La Plata. Alonso fue también titular de la Comisión Nacional del Ex combatiente, dependiente del Ministerio del Interior, designado para el cargo por la ex presidenta y actual Vicepresidenta Cristina Kirchner mediante el decreto 542 del 19 de abril de 2012, y quien continuó en su puesto durante el Gobierno de Mauricio Macri, hasta que el 8 de marzo de 2017, el ex Ministro Rogelio Frigerio designó al frente de la Comisión a Reynaldo Arce. Alonso fue y es uno de los más acérrimos opositores a que se les conceda la pensión a los soldados desplegados a las bases.
Actualmente, Ernesto Alonso integra la Comisión Provincial por la Memoria, que cobró notoriedad en octubre pasado cuando le entregó un informe al Juez de Dolores Alejo Ramos Padilla apoyando las resoluciones del magistrado en la causa por presunto espionaje ilegal, donde se encuentran procesados el Fiscal Carlos Stornelli y el periodista Daniel Santoro, entre otros. Cabe recordar que Ramos Padilla fue representante legal del CECIM en las presentaciones que hiciera dicho Centro por supuestas torturas en Malvinas durante la guerra.
Uno de los miembros de la Concertación afirma que “no entiendo las razones de tanto ninguneo. Evidentemente es un tema de caja. O para esconder cosas. Ya no sabemos qué pensar. Mientras tanto, no bajamos los brazos y seguimos con nuestra campaña pacífica”.
En un país donde siempre lo urgente supera a lo importante, y en el cual el Estado destina casi el 42% de su PBI al pago de diferentes programas de ayuda social, sosteniendo prácticamente a la mitad de su población, el olvido de los miles de argentinos que fueron destinados a las bases continentales durante una guerra que fue aplaudida hasta el hartazgo por buena parte de la sociedad de aquel entonces, debiera al menos generar un mínimo debate público.
De este modo, la visita de un británico para que la Argentina reconozca a sus veteranos de guerra es vivida con profunda admiración y orgullo. Pero también con cierto dejo de vergüenza.
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@portaluppipablo
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